lunes, 23 de junio de 2008

CHIFLADOS DICHARACHEROS



El Viernes fui a mi médico de familia para que me firmara unas recetas. Estaba en una silla esperando mi turno cuando apareció un doctor que no era el mío. Por el tono anaranjado de la piel y el acento, supuse que era valenciano. Leyó mi nombre en segundo lugar y cuando era mi turno entré en la consulta.

- Buenas tardes, doctor.
- Buenas tardes. ¿Cómo se llama?
- Chencho. Chencho Cochambre.
- No está en la lista. Salga, por favor y pida cita para otro día.
- Me acaba de nombrar, Crescencio Cochambre Cachorro, pero todo el mundo me llama Chencho.
- Le digo que no le bicheo. Marchena, Chavi, .. no está en la lista.
- Es que está mirando el Marca y eso es la lista de la selección de fútbol.
- ¡Che chaval!, vaya chasco. Si.. ya le encuentro. Usted dirá.
- Venía a por mis medicinas. Colchimax y colchicine. Estoy chungo de la gota.
- Tomas muchas?
- Un chorro de ellas.
- Tiene que dejar el chorizo, el salchichón, nada de chacinas; de charcutería, solo queso fresco y chicha de york, aah, nada de chocolate ni champanes.
- ¿Chacolí tampoco?
- Tampoco, y nada de chinchón o pacharán, changurros, chirlas y mariscos..
- Me está chafando el día. Voy a tener que meter chinas en el chusco de chapata.
- No se ponga cholo. Puede tomar lechuga, champiñón, alcachofas y cachelos. Tenga cuidado con el chicharro y el chivo, churrusque la carne de choto, nada de churros y evite el chachachá que tiene el pie como un churumbel.
- ¿De joven?
- De hinchado. Use chanclas y quítese las chirucas que se le van a poner los juanetes como chicharrones.
- ¡Me está chocando la chola con tanta che!
- Ha sido usted con ese nombrecito, Don Chencho Cochambre Cachorro.
- Chiquilicuatro
- ¡Su chucho!
- De tercero. Me apellido Chiquilicuatro de tercero.
- Chachi. ¿Y de cuarto?
- Guevara.
- Menos mal…
- ¡Como el Ché!
- La chingamos. ¿No será de Chile?
- No, soy chicharrero, del mismo Lanzarote, pero vivo en Chamberí
- No me lo diga, déjeme que acierte. Usted es chapista.
- Ya no. Hago chapuzas y chaperones pero tuve un chiringuito de chapa en Sanchinarro.
- ¿Y la chepa?
- De estar agachado como un chucho.¿Me da la baja?
- Ni de chiripa. Chínchese, chalado.
- ¿Por lo menos me dará las recetas?
- Chi, che las doy, chupón. ¡Leche, este chancho me está chinando¡ Ahí tiene. Despachado.
- Adiós, chupatintas.
- Chao, chufletero

Cuando salí estaba cayendo un chaparrón. Me puse el chubasquero, me calé la chapela y me fui hasta el chiringuito de Chimo.

- ¡Hombre Chencho, ¿un chorrito de Chivas?
- No. Una horchata, aunque te suene a chufla.
- ¡Marchando un chato de chufa para Chencho!

Después de tantas chorradas me apetece un churrasco. Iré al Chistu.

sábado, 14 de junio de 2008

BEGIN THE BEGUINE


Cierro los ojos y veo espirales de luz dorada mientras cae el agua por mi cabeza. Los abro aunque el champú me haga llorar porque presiento que puedo perder el equilibrio. Siempre veo espirales doradas después de una mala noche, después de que el insomnio me haya martirizado hasta suplicar rodilla en tierra que un velo de luz del color de la mortaja de las pesadillas interrumpa la oscuridad de mi habitación y me devuelva a un nuevo día por el que deambularé medio sonado, como un boxeador grogui después de un combate que perdió a los puntos. Esas noches de largo recorrido donde la litera de mi vagón viaja obsesivamente por episodios del ayer, espera angustiosa del día en que empiece la partida en la se decidirá todo, sexos que saben a erizos de mar y amarguras jamás confesadas se asoman. Trigonometría de triángulos, vértices como puñales, puntadas en el corazón, remiendos en las tripas. Pongo la radio y suena Cole Porter y su Begin the beguine. Tengo que volver a empezar pero el beguine no es un comienzo sino un baile. Que empiece el beguin, que siga el baile. Bailaré sobre la tumba de mis desvelos, lo juro.