miércoles, 9 de septiembre de 2009

RESOLUCION

Esta mañana, en la sala de un velatorio, con la trapa de su mirada recién echada y el sillón de cuero ardiéndome en el culo, decidí seguir entre vosotros.

Cambié el asfixiante aire acondicionado por la fresca calima africana del mediodía. Busqué sombra en un banco al pie de una farola y allí, en esa media distancia que hay entre un sofoco y un alivio, vi a aquellos a quienes de verdad nos importaba el muerto y pensé que ese puñado era una turba. Nunca tan pocos abultaban tanto ni los susurros eran tan ruidosos.

Vosotros, mi multitud, me habéis animado a seguir y así será. Sacaré de la caja las herramientas que lo controlan, dejaré de mirar la procedencia de mis huéspedes y haré de mi blog un disfrute sin más obligación que no tenerla, pero dejadme empezar de cero.

Soy un vago miserable. Me cuesta esforzarme y lo que escribo me desazona. No es literatura, es un estilo de ser. Espero que no me tengáis en cuenta la abundancia ni la escasez.

Vuestro afectísimo.

Martín