jueves, 3 de abril de 2014

TELEVISION POR CABLE (Historieta completa)



Plató Nº 20 de TELEZURULLO.

Comienza la grabación del Programa: KARADURAS KON KAXÉ.

D. Marceliano Tedeté, director, regidor y guionista, entrevista a D. Karlos Katiuska Kokotxa, eminente exministro de Zoteland, ahora en búsqueda y captura por la Interpol. D. Marceliano viste traje sobrio, corbata hortera y mocasines de rejilla y está apoltronado en un sillón de cuero. D. Karlos, bombachos hasta las corvas, camiseta que anuncia piensos  PIDECA y deportivas con tendencia a la huida en solitario, sentado en una silla bajita con una rueda rota.

Dentro Vídeo.

Hemos invitado al Sr. Katiuska por ser el primer karadura español que ha ocupado una plaza de ministro en un país extranjero.

- Buenas noches, Sr. Katiuska.
- Abunga langa.
- ¿Mande?
- Buenas noches en Zoteco.
- Extenso currículo. Nada menos que 74 páginas.
- Teniendo en cuenta que es a doble espacio, no me parece tanto.
- Ya lo creo que sí. Además no incluye secciones de formación adicional. Toda la información es referente a licenciaturas y trabajos realizados.
- Yes, yes, pero la mejor formación es la universidad de la vida. Life is University in the better teacher . Do you understand me?
- ¿Cómo dice?
- Nada, una frase mía que utilizo en las conferencias que doy, my friend. There are compliant forms at the consumers request, que le dijeron a Churchil cuando le apearon de la poltrona.
- Lo siento, pero no hablo inglés.
- ¡Eso no tiene demasiada importancia, amigo! En este país no habla inglés casi nadie, ni siquiera yo lo hablo.
- ¿Entonces?
- Yo es que me lo sé de memoria.
- Vayamos a lo nuestro. ¿Cinco licenciaturas?
- Completas. Cinco carreras terminadas y dos a punto.
- ¿Por qué no las terminó?
- Porque cerraron la Universidad. Fue clausurada por las fuerzas que invadieron el país cuando estaba a punto de firmas las actas. No en vano yo era el Ministro de educación de Zoteland.
- Por lo que veo fue su primer trabajo ¿Cómo es posible que le hagan ministro sin experiencia laboral previa?
- Mucho de esfuerzo y el azar, que estaba de mi lado. Mis padres, Leonides y Sofronia, que dios tenga en su gloria si admite envenenados por cianuro, me echaron de casa a los treintaysiete con el bachillerato recién terminado. Busqué trabajo y no lo hallé. Me hablaron de una guerra en el centro de África, me propusieron ir como mercenario y allí me presenté. Cuando llegué todo había acabado. El Brigada Mobrutu se hizo con el poder, pasó por la piedra a la mitad de la población y cuando se quiso dar cuenta, tenía mucha tierra y poco personal, así que tuvo que empezar de cero. Yo estaba un día en un bar cuando entró con su lugarteniente Zen Hutrio. Se sentó a mi lado, me observó detenidamente y al cabo de una hora me preguntó si quería trabajar para él.

- ¿Qué fue lo que tanto le impactó?
- Según me contó luego, fueron varios los detalles que demostraban mi clase. No bebía los botellines a morro, tiraba los chochos de las aceitunas en un cenicero, y, lo más importante, no me vio eructar en todo ese tiempo, y eso que me tomé una caja.
- ¿Y una caja de botellines son?
- 36 en formato de quinto. Recuerde que en esa parte de Africa, el calor es insoportable y es preferible el envase pequeño para meterlo de un viaje y no perder el frio. Las botellas de tercio o las latas se calientan enseguida y al minuto das un trago y se te viene a la cabeza: pis de cebra
- Al grano, caballero.
- . Me llevó a palacio, me juntó con otros miembros de su recién nombrado gobierno y me ofreció la plaza de educación , cargo en el que estuve, cuatro días y seis horas.
- Tuvo tiempo de hacer algo interesante?
- Por supuesto. En cuanto me dieron presupuesto creé la universidad. Busqué papel y lápiz pero no encontré más que una tiza. Llamé al cocinero y a los pinches, les desnudé de cintura para arriba y formé una pizarra humana. Allí, en las espaldas de esos privilegiados, ideé el plan de estudios. A continuación les di aprobado general en la carrera de su elección. Yo mismo, me autoevalué y autolicencié en todas. Podría haber empezado por la enseñanza primaria, que no había, pero eso viste poco. Imagínese que te preguntan por la labor realizada en el ministerio y le tienes que decir que has creado escuelas para niños y adultos analfabetos. Menuda patata. Monté la Universidad Polimórfica del África Tropical, discurrí el plan de estudios, abrí el período de matriculación y como no venía nadie, no tuve necesidad de contratar personal. Al día siguiente transferí los fondos a una cuenta que abrí en Suiza por Internet.
- ¿Universidad Polimórfica?
- Si, en cuanto puede cambiar de forma sin alterar su naturaleza. Los planes de estudios no son cerrados, ni siquiera las carreras. Se adaptan a la estructura docente en dependencia de si hay o no profesores y no importa tanto la materia impartida como el poso cultural, que es el fin. Tenga en cuenta que en un país con una corrupción del ciento por ciento y donde un pitillo vale más que una vida, estudiar, salvo para figurar en un currículum, es una auténtica gilipollez.
- ¿Entonces, porqué un Ministerio de Educación?
- Porque es necesario, mendrugo, como lo era el de Vivienda, también necesario, por no hablar del de Igualdad, que ha logrado que se hable de las miembras por todo el mundo.
- Cuantas carreras se podían cursar?
- Al final del período de mi mandato  interrumpido por fuerzas antidemocráticas que asaltaron el orden jurídico establecido por la fuerza, siete.
- Ah, pero ¿había democracia?, ¿no fue un golpe de estado?
- Si, pero un golpe de estado democrático puesto que lo quería la mayoría de la gente.
- ¿Cómo sabían que lo deseaba la mayoría?
- Según me contaron, lo consultaron al brujo de la tribu que hizo una encuesta por telepatía. Todo muy científico.
- Tengo la lista  de las licenciaturas  en mis manos. Parecen poco habituales.
- No tenía ningún sentido organizar planes de estudio que se imparten en todo el mundo. Ingeniería, medicina, y esas chorradas se podían estudiar en un radio de cien kilómetros. Lo interesante era formar profesionales cualificados de nuevas tecnologías. Carreras con futuro que solo se impartían en la UPAT.
- Si, pero su utilidad para la sociedad es, al menos, discutible.
- Discutible ahora que no soy ministro. Cuando lo era nadie osó discutir nada conmigo. Puse un cartel en mi despacho que decía: Al Discutidor, Percutor.
- Empecemos por la primera que tiene un nombre algo inquietante.

Metempsícosis Fiscal. Qué quiere que le diga, no termino de ver la utilidad de la metempsícosis fiscal.
- Pues está clarísimo. La metempsícosis es la ciencia que trata de la transmigración del alma de un cuerpo a otro, cosa que sucede en la reencarnación. El objeto de esa carrera es descubrir a todos aquellos que defraudaron a hacienda en la vida anterior para que paguen en la actual. Todo un momio para cualquier gobierno.
- ¿Y eso es fiable?
- Nunca al cien por cien, ¿pero eso importa? Ves a un tipo con pasta, le visualizas una vida anterior, preparas una inspección retroactiva a su vida pasada y le metes un cuerno para que afloje el moscardón. Eso sí, con título para que no queden dudas. Todo tiene que estar perfectamente regulado.
- ¿Y si no era defraudador?
- No sea gili. Defraudar es como pecar. Todo el mundo ha defraudado de palabra, obra o pensamiento, por lo tanto, al igual que los pecadores necesitan confesión, los defraudadores necesitan alivio.
-  Hablaremos de las otras carreras que se podían cursar en le UTAP. Leo textual.

Traumatología de Invertebrados
Ortóptica para Camaleones
Oblato del Opus con bula de fornicio
Patrón de Cabronaje y Lenocinio

Dos diplomaturas: Ingles para Presidentes y Odontología equina . Todas ellas de gran futuro. Lo hablaremos después de estos consejos publicitarios.

Veinte minutos después se reanuda la entrevista.

- Ciento veinte mil tuits en este corto espacio. ¿Es Vd. consciente del revuelo que han causado entre los economistas del mundo entero sus teorías sobre la metempsícosis fiscal?
- I am fish.
- Se dice que Obama lo está estudiando, Sarkozy lo ha comentado con Carla como propuesta definitiva  para volver al sillón  y Montoro empezará a aplicarlo mañana con efectos retroactivos al año 2002, sólo a votantes del PP, que para eso creen en la resurrección de los cuerpos. ¿Qué opinión le merece?
- No me gusta un pelo. Flaca y con voz de falsete.
- ¿A qué se refiere?
- A Carla, naturalmente. ¿What else?
- ¡Methempsicosis for Taxes!
- ¡Ah carallo! , ya le dije que es una bomba. Si lo organizan bien, empiezan a cotizar en este país hasta los fontaneros.

- Pasemos a otro tema. Ya sabe que en la tele el tiempo es oro y vd. Cobra una pasta. 

Traumatología para invertebrados. ¿Qué fundamento científico tiene?

- Siempre me preocupó la salud de los invertebrados, en especial de los cirrípedos. Veía un cirrípedo y le quería besar, le sobaba el talle, le chupaba por fuera hasta que se me hacía la boca agua. Con harto dolor de mi corazón le daba un pellizco en la pezuña y le comía los tuétanos. Luego me arrepentía porque me miraba raro, mitad odio, mitad incomprensión. De ese arrepentimiento vino mi interés por su salud y las técnicas de curación perfectamente aplicables a todos los invertebrados, incluidos los infusorios.
- Te, manzanilla, poleo….
- Parece usted gilipollas. Los infusorios son microorganismos con cilicios.
- Ya, ¿del Opus?
- Microbios, gilitonto, microbios.
- Sigamos, por favor.
- Sucedió que empezaron a escasear hasta ser una especie en peligro de extinción. Un día vi a un hombre con unos cuantos ejemplares. Les vi asustados, algo encogidos y me emocionó su mirada de pena. Tenía que rescatarlos. Intenté negociar su libertad pero el precio era altísimo. 200 euros el manojo. No pude más. Le pegué un mandoble al malandrín, voto a Bríos, metí a los pobres cirrípedos en un saco y salí blowing in the wind.
- ¿Cómo?
- Cagando leches.
- Me tiene en vilo, continúe si es tan amable.
- Ya en casa los clasifiqué, cocí los gordos, curé primorosamente a los más chicos y los llevé a la madre naturaleza donde sólo yo pudiera seguir su evolución. Un tiempo más tarde, la colonia había prosperado y siempre podía disponer de unos cuantos ejemplares para mi disfrute. Del resto, me ocupaba con la dedicación del mejor doctor.
- ¿Y de los cirrípedos, cual es su preferido?
- Por su inigualable estructura, las anatifas, pero tengo que reconocer que los que me han robado el corazón, con los que disfruto plenamente la medicina son los percebes.
- Y yo..nos ha jo..
- ¡Hable bien que es periodista!

- ¿Le augura futuro a esa carrera?
- Por supuesto. Tenga en cuenta que el 99% de los animales de la tierra son invertebrados y se encuentran en el más absoluto abandono. Imagine que se le rompe una pata a su nécora. La mayoría de la gente sencillamente la chuparía y ya se sabe la cantidad de bacterias que hay en la boca. Eso se infecta enseguida y se echa a perder. Con Traumatología de invertebrados le sabría poner una férula, acoplar unas muletas o rehabilitarla con ultrasonidos.
- O mismamente una escayolita..
- Una escayolita, una escayolita.. es vd. un memo. La escayola se diluye en el agua y no se endurece. Además da un sabor malísimo.
- ¿Algún ejemplo más?
- Se pueden tratar desde goteras de caracol con onduline bajo cáscara, esguinces en gusanos que pueden arruinar un día de pesca o apañarle los juanetes a un ciempiés. Sencillamente, no hay profesionales.
- Entonces le ve futuro.
- Total future, my friend.
- ¿Le parece que continuemos con otra carrera?
- Avanti.

Ortóptica para camaleones.
- ¿Sabe qué es  la ortóptica, querido juntaletras?
- Ni por asomo, capullo.
- La ortóptica es una especialidad  encargada de la valoración y medición de las desviaciones  de los músculos del ojo, y le pregunto: ¿Ve normal que los ojillos de estos bichos vayan cada uno a su bola, como un Dioni cualquiera?  
Los camaleones, feos y maravillosos animales. En las selvas de Zoteland había miles trepando sigilosos por los árboles, con sus cambios de color al acecho del grillo rubio o el moscardón coñazo. Me quedaba extasiado mirándoles. Enseguida vislumbré el negocio, una de mis ideas geniales que nunca fallan como aquel invento glorioso de las sandalias reversibles de cactus para faquires que tanto éxito tuvo en India , o la revolucionaria paella super-adherente...
- Perdone que le interrumpa. En la era de los utensilios antiadherentes, ¿Que finalidad tiene una paella super-adherente?
- Abundio a su lado sería ministro, jefe. ¿A usted le gusta el socarrat? ¡Si, claro! y todo quisque  hurgando con la cuchara para despegar lo poco que hay con el consiguiente desgaste del metal. Con la paella super-adherente todo el arroz se pega al fondo haciendo una costra de 2 centímetros de socarrao y 2 milímetros de arroz amarillito. Ya tenemos el problema resuelto. Socarraet a tutiplén y todos contentos. Una bomba para el arroz bomba.
- Parece buena idea. ¿Pero luego se limpia fácil?
- Para un correcto funcionamiento limpiarla, además de complicado, le resta efectividad para el siguiente uso. Sencillamente no se limpia y se ahorra agua y jabones.
- Parece algo guarrete...
- Y me lo dice un tío con calcetines blancos del color de las natillas flanín.
- Continiu for bingo.
Viendo aquellos desvalidos animalitos  se me ocurrió que  podría hacer bolsos que cambiaran de color al voleo. Un desconcierto para las jais. Imagine que se pone un cinturón marrón y el bolso se le pone de repente negro. Josemi Sieiro bramaría en el cocktail de turno y aparentemente sería un desastre, pero en un par de meses, trending topic en el tuiter y ventas a mogollón. Para ello recolecté por el método del perdigonazo  unas docenas que desollé primorosamente con la navaja mil usos de publipunto, hecha como todo lo de esa casa con materiales aeroespaciales aunque luego pela peor que un abrecartas. Curtílas con esmero, cosílas con primor y presenté el primer prototipo en la prestigiosa feria Ovi-llo Mondon-go, la  más prestigiosa de la zona. El diseño gustó pero las prisas del evento cercano provocaron un fallo conceptual que lo llevó al fracaso. Para abreviar, que este programa es para necios, los cromatóforos responsables de los cambios de color se desactivan en el momento del óbito y aunque el bolso era totalmente trendy,  se quedaba del color pardo del musgo seco, algo chungo en esta época de fosforitos. No me desanimé y seguí investigando  cómo sacar pastizara de tanta abundancia hasta que descubrí un ejemplar que no cazaba ni un bicho. Soltaba la sinhueso y no atinaba nunca. Una vez vi como el lenguarazo erró una oruga y el latigazo chocaba con un higo chumbo y el pobre bicho, en vez de tener los ojos cada uno por su lado como es habitual,  se quedó mirando fijamente cómo los pinchos le atravesaban la lengua. De repente, cambió del color verdoso al púrpura papal y su cara de memo cambió radicalmente a un estado que podríamos calificar de moderadamente inteligente, centrado en su dolor. Con gran esfuerzo logró sacar la lengua de la púas y los ojos seguían mirando  como lo hacemos los humanos, los dos al mismo objetivo y al mismo tiempo. Desde entonces, no diré yo que acertaba a todos los bichos que atinaba, eso no, pero le aseguro que jamás confundió un higo chumbo con un alimento.  Ahí me dije: tate, este bicho necesita terapia, tiene un ojo vago. Le coloqué dos mitades de cáscara de huevo de alcotán con un agujerito en el centro, los pegué con masilla de cristalero y solo podía ver si miraba al frente. Operé a muchos. Perdieron supervivencia porque se los jalaban las rapaces en un plis, pero ganaron, con mucho, precisión. No le cuento más que los  pocos que quedaron aumentaron de peso un 30 por ciento de media.
- ¿Y es necesaria una carrera para eso?
- ¿Y para que te gradúen la vista combinando cristalitos hasta que dan con los que te van bien es necesaria? Yo que he sido trilero en las Tullerías lo hago mucho más rápido que el mejor óptico del mundo. Las carreras, jefe, son mero papel. Pagas, apruebas y al mercado sin tener ni puta idea. Dos cuatrimestres según Bolonia y a operar camaleones. Un chollo ahora que se han puesto de moda como mascotas.
- Sigo sin verlo, la verdad
- Ya sabe. Por diez mil le coloco dos huevillos de codorniz y le aseguro que lo vería todo claro.

- Sigamos. ¿Es necesario estudiar una carrera para ser Oblato del Opus con bula de fornicio?

- Como sabrá, para ser Oblato hay que estudiar teología por un tubo, entregar los ingresos a la obra y abstenerse de pecar. ¿Es eso vida? Yo en tres añitos y un master de medio millón le proporcionaba la titulación necesaria para dar misas a los negritos y poder fornicar sin remordimientos, algo necesario porque todavía hay tribus donde las chorbas van con el tetamen fuera y los oblatos no son de titanio. Además no tienen que entregar al totalidad de sus ingresos. Yo les reintegraba la mitad después de impuestos dentro de un régimen fiscal del 88% que recaudaba a trabuco mi colega Tom Tuzzo,  a la sazón ministro de hacienda de Zoteland. Luego, él y yo a pachas.
-¿ Y se apuntó mucha gente?
- No dio tiempo pero me consta que hubiera sido éxito seguro. No hay en todo África un trabajo donde se coma y se beba vino en el curro. Para animar las vocaciones, en vez de la oblea y el traguito permitía que se entregara un chusco por persona y un brick de don simón per cápita en las misas semanales y una caja de condones picados en la fiesta de la patrona. Ellos a cambio entregaban el 50% de su sueldo como mercenarios o 2 cabras al mes.
- Condones picados... ¿Qué sentido tiene eso?
- Imagínese que les da por usarlos. ¿Dónde consigo nuevos feligreses en un país donde mueren diez mil negritos al mes por gilipolleces como que su primo es de otra tribu, o que le han violado con cariño a su gallina?
- ¿Tremendo! Es usted la persona más corrupta que jamás vieron mis ojos..
- Usted pasea poco, ¿Verdad? Vaya usted a la plaza mayor de Madrid, siéntese en una terraza, pida una cerveza y le clavarán 3 euritos por una caña. Haga los mismo con una peluca rubia y pida ¡servesa plis! Le meterán una cuenta del doble y nadie se raja las vestiduras. Esto es lo mismo pero a diferente escala.

- Visto así va a parecer que tiene razón. Sigamos. Patrón de Cabronaje y Lenocinio. ¿En qué consiste?

- Esta licenciatura estaba enfocada a la emigración. Muchos de los que se van montan putiferios engañando a las chicas malamente y no podía permitirlo.
-  Remordimientos de conciencia. Al fin muestra su lado humano.
- El tamaño de su lerdismo es directamente proporcional al de su inmenso culo. Lo que no podía permitir es que se me fuera el personal a montar negocietes sin mi permiso. Por eso instituí el plan de estudios por el  que se conseguía licencia para ejercer de manera legal  el puterío en todos los países del mundo, incluido Utah. No era una carrera en si misma puesto que la licenciatura se conseguía sin estudiar  previo pago de una buena tanda de USA$. Lo bueno del tema es que los gilipollas se lo creían. Vendí 200 en 12 horas. Según mis noticias todos están  enchiquerados. Mismamente en España hay más de cincuenta.
- ¿Teme por su vida cuando salgan?
- Tengo 20 pasaportes con nombres diferentes. Para que se haga una idea, estoy en España con la identidad de un colombiano llamado Colondrio Enaguas.

- ¿Ve necesaria una diplomatura de Inglés para presidentes?

- Fundamental, my silly boy.  Por lo que consta en las hemerotecas, España jamás tuvo un dirigente que tuviera ni puñetera idea de Inglés. Así pasa. Les invitan al G20 y se tiran las mañanas en el buffet jartándose de canapés y chupando birras.
- ¿Cuánto duran los estudios?
- En eso somos flexibles. Tenga en cuenta que los presidentes están todo el día de la ceca a la meca y no hay manera de que estén quietos un minuto. Por eso hemos adaptado el famoso curso de inglés en mil palabras al nuevo y efectivo curso de inglés en cien palabras.
- ¿Y con eso se entienden en el extranjero?
- Ni de coña, pero les preparamos un cuadernillo con las mismas y van tachando las que creen reconocer. Después un subsecretario, a través de un complejo sistema de inteligencia artificial imprime un informe con la sorprendente fiabilidad del 1 por ciento.
-¿ Un poco, poco, cierto?
- No crea. Es algo más de lo que se conseguía antes.
- ¿Se apuntaron algunos?
- Zapi hizo la preinscripción pero se largó antes de empezar y ahora en las poltronas que le han dado no lo necesita. Mariano es diferente. Se sabía todas en una hora pero le falla la pronunciación. Debe ser por aquello del fdenillo. Nos insistió mucho en que incluyéramos, como buen gallego, la palabra "depende", ahh y expresiones como "se sabrá a su debido tiempo" o " Soraya súbete las bragas que viene Viri" En ello estábamos cuando recibimos otra frase que nos extrañó mucho. Decía "Cospedal, no frotes mis habanos en tu ano que saben a guano pero te dejo que les untes en tus mejunjes, si te mola, pero sólo hasta la vitola" Resultó ser una filtración interesada de Alfredo para hundirle el chiringuito.
- Y por ética profesional no la incluyeron, ¿Cierto?
- Ni de coña. Es que no había en el staff nadie con nivel suficiente para traducirlo.

- Estupefacto me deja. Para terminar, Odontología equina. ¿No se dedican a eso los veterinarios?

- Este plan lo diseñé por pura venganza. De chico, al dar una zanahoria a un asno, me metió un bocado en las falanges que me hizo ver la constelación de camelopardalis en toda su extensión. De ahí mi profundo odio a la especie. Esta carrera no pretende subsanar problemas menores, como sarros y caries sino la total eliminación de la dentadura equina con una revolucionaria técnica de extracción sin anestesia mediante la aplicación de martillos percutores. Algo así como los hoyos que hacen en las aceras los del gas, pero a pequeña escala.
- ¿Pero será muy doloroso?
- ¿No me dolió a mí el muerdo? ¡Que se jodan!
- ¿Cómo se alimentan los animalitos sin dentadura?
- Afortunadamente para ellos en Zoteland había un gran excedente de pelargón que sobró en los sesenta. Bien mezcladito con agua es un excelente alimento.
- Pero..estará caducado...
- ¡Claro, melindres!, pero los burros no saben leer, que yo sepa.

Gran revuelo en bambalinas. Agentes de la Interpol quieren acceder al plató. 

- Señor Tedeté. Me gustaría hacerle una pregunta y sería para mí un honor cambiarle el sitio de manera que se ponga en el lugar de los entrevistados. ¿Tiene usted inconveniente?
- Lo haré con mucho gusto.
- ?Cree que se adelgaza en el trullo?
- Extraña pregunta. Supongo que si, pero no entiendo el porqué de la misma.
- En unos segundos lo entenderá, pero le aseguro que le va a desaparecer la grasa del culo en menos de un año.
La Interpol entra en plató. Al mando la Sargento Pat Atta. Esposan a D. Marceliano y lo sacan a hostias mientras se escucha..¡Se equivocan de hombre, yo soy el presentador...el cabrón es el otro..!
El Sr. Katiuska se da un rulo y sale por la puerta de servicio. Coge un vespino con tubarro que suena mejor que los fórmula 1 actuales y desaparece en el horizonte.

The End

miércoles, 18 de diciembre de 2013

OTRA DE PELMAS



Hace tiempo que escribí sobre los plastas, esa gente que te hace un roto en el cerebro cuando después de media hora de monólogo no entienden que tu cara de morsa no es producida por los sulfitos del vino sino por el hastío que provocan con sus interminables vicisitudes vitales que no importan ni a dios. También conté que soy un imán para ellos, un objetivo asequible que al ver a un tipo callado con un periódico entre las gafas de cerca asumen que lees por no tener algo mejor que hacer. Es entonces cuando inician el acercamiento taimado, esa pregunta inocente sobre el bouquet del valdepeñas o si la textura  arrugada del mejillón colorao que te han puesto de tapa se debe al mal estado del producto o a una cocción inadecuada. Si respondes amablemente, dáte por perdido. Es entonces cuando su escaso cerebro desarrolla un ritmo alocado que se transmite a su aparato vocal en una sucesión interminable de  chuminadas.

Con el tiempo he desarrollado una técnica que me permite identificarlos y evitarlos pero como todo en esta vida, no hay nada que pueda saltarse al destino.

Decir que Paquito cose para la calle no sería faltar a la verdad en ninguna de las dos acepciones. Un tipo calvete, delgaducho y pelma irrecuperable, bien conocido en el barrio  por sus asaltos a lengua armada era el tipo a evitar. Durante años le mantuve a raya pese a sus múltiples ataques en todo tipo de situaciones. De sus variopintas ocupaciones, paseante de perros, operador de limpieza según su argot, vamos..que saca  cubos de basura, portero de Domingo, la que más le satisface es la de modistillo. Lo mismo te mete un bajo que te cose una cremallera, te apaña un agujero en el bolsillo que te hace un culo de pollo para subsanar el roto en aquella chaqueta que se te enganchó en el picaporte del bar cuando habías tomado unos vasitos. 

Cierto día fui invitado a una cena elegante. Uno, que es voluble en el más amplio sentido de la palabra, propenso a engordes y adelgazamiento, dispone de un escaso surtido de trajes en el guardarropa, pocos pero escogidos y de diferentes tallas. Con mi optimismo natural empecé por probarme una de la talla 50. Ni por asomo entraba aquello. La 52, de la que tengo varios, me quedaba escasa de sisa y me hacía bulto en la zona del pestorejo. Por suerte disponía de uno de la 54, de aquellos tiempos en los que andaba más entrado en manteca y para mi disgusto comprobé que me quedaba fetén. Asunto solucionado. Aseo de cuerpo entero, afeitado a contrapelo, toquecito facial de Eight & Bob, una mierda de colonia más cara que el caviar beluga pero poco conocida lo que hace que las churris pregunten y algo de espuma para domar los cuatro pelos que me quedan. A la hora de vestirme se cumplió el oráculo que me indicaba que debía ser cuidadoso con la lana fría a finales de Otoño. Al introducir la biela por la pernera noté una cierta presión en el pinrel. No hice caso y el dobladillo se descosió al completo. Miré la hora, las ocho y diez. La cena empezaba a las nueve y media. Tiré de chandal, esa indumentaria que uso para estar en casa, que uno no es amigo de la violencia y los deportes son, incluido el jilé, fuente inagotable de lesiones, este último más a daños monetarios y de autoestima que musculares, pero dañino al fin. Salí a la calle esperando que la sastra de la esquina estuviera abierta, pero no. En el bar de Javi Mediomuelle no había hembra con pinta de saber enhebrar la aguja, por lo que no tuve más remedio que buscar al inefable Paquito. 

Inquieto cual musaraña me acerqué al portal, toqué el timbre y esperé contestación. Nada. Insistí y cuando me iba al chino a buscar un pegamento textil sonó la vicetiple voz del individuo.

- ¿Quien llama?
- Hola, Paco, soy  Anselmo el de Fulanas 24. Tengo una urgencia y necesito ayuda. No te llevará nada de tiempo y te pagaré generosamente.
- ¿Anselmo el antipático?
- No soy antipático, sólo algo tímido.
- No te puedo ayudar, estoy dibujando unos patrones que me han encargado para la pasarela Sivienes.
- Es coser  un dobladillo. ¿Veinte pavos?
- Ye te he dicho que no.
- Treinta?
- Cincuenta, que esto no es urgencias del clínico.
- ¡Hecho!  cabronazo
- ¿Cómo?
- Que si, que un abrazo.
- Sube y no te pongas meloso que soy blando de corazón.

Noté flojera de piernas, no tanto como aquel día recién aterrizado  del viaje de novios. Salí a por tabaco y tardé tres días en regresar. Media hora en subir quince escalones, eso era temblor y no el terremoto de San Francisco, pero aquello era diferente, me enfrentaba al mayor depredador verbal de todos los tiempos y encima.. mariquita.  Todavía tengo pesadillas. En coser tardó apenas tres minutos pero quiso que me los probara. Me negué. Insistió tanto y andaba tan apurado que me quedé en calzoncillos, unos preciosos de la sirenita  de Disney que me cayeron en el amigo invisible, algo duros de huevera pero firmes de botón con lo que evitas que se te salga la chorra, ideales para consultas médicas, celebraciones donde corre el champán, diurético y traidor donde los haya porque después de una botella olvidas lo elemental y no hay cosa peor para perder el poco prestigio que le queda a uno que salir del baño con la bragueta bajada y la mustia fuera.  La estampa le fascinó. Su primera intención fue la de tocarme el paquete para comprobar si cargaba por el izquierdo. Fue un manotazo rápido producto de los nervios pero se clavó la aguja medio centímetro. Arremetió contra mí en un furibundo ataque que interpreté  como un simulacro de kung-fu por los aspavientos y cuyo fin último era la patada huevera o el arrancamiento de moño.  Yo, con el pantalón del chandal arrugado entre los pies perdí el equilibrio y caí  cual marrano en canal encima de una mesita de  chichinabo ya que se partió cual oblea, repleta de telvas,  coronado por un plato con  un chusco de pan y medio salchichón. Fue un ostión memorable. Medio conmocionado noté un fuerte dolor en la mano izquierda. En vista de mi estado, a Paquito se le soltó la lengua y dando gritos histéricos salió al vecindario a pedir ayuda. Qué escandalera no montaría que en pocos minutos se presentaron una patrulla de la policía y cinco sanitarios del Samur. Breve inspección, camilla y a la ambulancia. De allí al hospital para reducir una posible factura. Una escayolita y un día ingresado para observar la evolución de un fuerte golpe en el tarro que me provocó un chichón del tamaño de un polvorón de la misma estepa. Atontado pero tranquilo me encontraba cuando llegó a la habitación el susodicho  para interesarse por mi estado. Le comenté que todo iba bien, que marchara con viento fresco pero, para mi desgracia, se empeñó en velar mi dolor toda la noche. Vencido y desarmado fui sometido a la mayor tortura verbal que los tiempos recuerdan. Su infeliz infancia huérfano desde niño, la escuela del pueblo, las mofas que sufrió en la mili, los patrones que dibuja, los diseños que le roban los modistos de tronío y su amistad con determinada anciana de la que piensa heredar un pisito y a la que llama cuchicuchi son los recuerdos que guardo de aquella terrible noche. Me salvó del hastío total el fuerte dolor de almendra que me produjo su soliloquio, una visita al escáner para determinar daños mayores. Nunca estuve más confortable en esa claustrofóbica máquina. Pasado el mal trago, de vuelta en casa me recomendaron una rehabilitación para recuperar el movimiento de la mano. No se sabe cómo pudo enterarse del sitio pero todos los días, a la salida, me espera impertérrito para que le convide a un vinito con limón y comerse mis tapas pues es, además, comedor voraz a esas horas previas al almuerzo, lo que sin duda le evita el gasto de hacer comida.

Me quedan dos sesiones y en vista de que no se va a olvidar de mí, he puesto el piso en venta. Me iré del barrio, aunque sea a una chabola de drogatas con tal de alejarme del peligro. Ayer se lo dije y me contestó que no me preocupara, que daría con mi paradero...y que no me olvidara de pagarle los cincuenta euros del arreglo. ¡Tócale los cojones!. Me han ofrecido un trabajo de cabo primero en Siria, al lado de los rebeldes. Aceptaré. Nada tan peligroso como el pelma de Paquito. Lo juro.

martes, 23 de julio de 2013

UN GRAN TIPO



Sir Thomas Glensire, Escocés de nacimiento y Español por decisión propia se largó de su palacio a las afueras de Edimburgo con la intención de no volver jamás. De noble linaje la única obligación que le exigía la familia era que se licenciara en alguna carrera, no importaba cual, porque se podía dedicar a la vida muelle pero con estudios.  No se anduvo con rodeos. Llamó al rector que le atendió personalmente y sin más preámbulos le espetó. Quiero saber cuál es la carrera más sencilla que se cursa en esta universidad. Examinaron durante un par de minutos las posibilidades y quedaron en que se matricularía en Buenas Maneras y Protocolo, algo sencillo pues lo llevaba aprendido de cuna pero su carácter abúlico, bastante dejado, hizo que tardara 7 años lo que podría haber hecho en 3 y eso que sobornó convenientemente al profesor de "uso adecuado del sombrero de copa" un laborista feroz enmascarado que chocaba frontalmente con su formación Tory. Cinco mil libras fueron suficientes para resolver el problema y obtener el diploma que enmarcó y regaló a su padre con la siguiente dedicatoria:

Buenas maneras, qué locura
parece y es tontería
estudiar algo que sería
natural, conservar la compostura.
Me repugna el Kilt,
Lo siento padre
y aunque el perro me ladre,
jamás vestiré bombín

Sólo tuvo un interés obsesivo: los idiomas. Dedicó muchas horas con los mejores profesores  y con esfuerzo consiguió entender y hacerse entender en Francés, Alemán y Español, además de algo de Flamenco, Danés y Ruso.  Después de visitar casi todos los países de Europa con la intención de buscar acomodo en alguno que le satisficiera,  recaló en Madrid cumplidos los 29. Aunque no lo dijo a la familia, la verdadera razón de su huida era una fatal fobia a la lluvia que le causaba sarpullido y una murria llorona que disimulaba como podía aduciendo un catarro eterno, algo así como un proceso alérgico que documentó un médico amigo  con un falso diagnóstico para convencer a la familia de la necesidad de buscar un clima soleado que le aliviara el sufrimiento sin perder la jugosa herencia.

De los Países Bajos recuerda unos mejillones cargados de nata y los aeropuertos de los que nunca salió por las borrascas , de la bella Francia unas magníficas ostras normandas que engulló en un hotel mientras pedía un taxi para salir de ese infierno tan lluvioso como su Escocia natal, de Alemania sus vinos blancos, una cerveza rubia que probó empujado por el entusiasmo del personal en la feria de Munich. No era ni mucho menos como esas ales tibias y tostadas de su Inglaterra natal por lo que la cató con recelo y de la que opinó para gran disgusto del tabernero después del breve sorbo: "pis de gato". Pasó por  Polonia, Austria, salió de naja de Copenhague donde ni pisó la calle y a Grecia ni se acercó por no saber griego, ni ganas  de aprenderlo.  Con intención de marchar a Marruecos no tuvo más remedio que hacer escala en Madrid  un soleado Mayo de 1972. Su enlace con Rabat le dejaba unas horas libres y decidió tomar un taxi que le llevara al Bernabéu, único monumento español del que tenía noticia además de la Alhambra de Granada y el Acueducto de Segovia. Aquel traslado fue para él como si se le hubiera aparecido el mismo Jesucristo. Visitó el estadio, comió opíparamente en una terraza aledaña una docena de  chuletillas de lechal que le parecieron un delicioso infanticidio, una botella de Vega Sicilia que el maître  le endosó cuando le requirió un buen vino tinto y un suflé flambeado  con el que creyó estar en el mismo cielo. Cuál sería su felicidad que se quitó la americana y se remangó la camisa hasta los codos dejando al aire sus pálidos antebrazos, cosa que no había hecho desde su más tierna infancia.  Un camarero le quiso agasajar y sabiendo su procedencia Británica le sirvió de parte de la casa un té y un whisky de malta que acompañó de una  cubitera con gordos hielos.  Sir Thomas le miró sorprendido, rechazó el té, los hielos y pronunció la frase que le haría famoso en los bares que frecuenta desde entonces. 

-  Antes bebería un whisky frio que una taza de agua caliente- 

Pagó la cuenta en libras, cosa que mosqueó al dueño hasta que miró el tipo de cambio en el periódico y comprobó que le entregaba más del doble de lo consumido, se despidió con la amabilidad de un Sir y pidió un coche que le llevara al aeropuerto. Llegó a tiempo de recuperar el equipaje antes de que embarcara a Rabat, rompió el billete, consiguió pesetas  como para comprar un auto y de vuelta al centro pidió al taxista que le llevara al mejor hotel.  Dos años estuvo en una suite del Ritz de donde sólo se ausentaba  cuando el tiempo se revolvía. Entonces miraba el periódico y ahuecaba el ala allí donde las isobaras anunciaran sol , daba igual sur que norte o centro. Aquellos viajes duraban lo que tardaba en aparecer un nublado ,  unos miserables cirros o cualquier presagio de lluvia. Compró pisos en Madrid y Sevilla y a los cinco años era una gran conocedor de gótico y románico, pintores de todas la épocas, jereces de todo pelaje con especial deleite en los olorosos aunque nunca despreciaba una manzanilla a la que siempre sobraba frio ya que perdía carácter, mariscos gallegos , carnes rojas,  asados castellanos, fritos andaluces, catedrales y ermitas... Se convirtió en una gran conocedor de este país en cinco años de holganza huyendo de las nubes.
Coincidí con él en el Arlington, una coctelería coqueta y pronto hicimos amistad.  Con el paso de los años utiliza un castellano prodigioso, lleno de matices,  pero conserva su acento británico que mezcla con algunas expresiones incorrectas, no porque ignore su buen uso sino para dar a su elocución un tono snob. Muchos sábados quedábamos para hacer alguna visita corta a poblaciones cercanas, pueblos con historia como Alcalá o Aranjuez, otras a pueblos de los que había oído hablar por tener una bodega  que prometía y que casi siempre le decepcionaban. En su viejo Jaguar, este escocés que abomina de la lluvia y del té, no así del whisky, después de dar un corto pasea, casi siempre entorno a las 12 del mediodía, hacía un alto en el camino y preguntaba con sorna. Querido, ¿No es ya hora de tomar "un" copa?  Entrábamos en cualquier bar, examinaba cuidadosamente el entorno, miraba la barra de pinchos y si algo le parecía mal, con educación exquisita se acercaba al camarero y pedía un oporto blanco, un campari con aperol  o cualquier bebedizo que con seguridad no vendía el establecimiento. Se despedía cortésmente y añadía. Verá usted, me tomaría otra cosa pero soy un ser caprichoso, y nos pirábamos raudos en busca de otro sitio donde calmar su sed. 

Hasta el momento permanece soltero, no por falta de amantes y pretendientes sino por su  rechazo al compromiso. He tenido en mis brazos muchas bellas damas que merecerían ser desposadas pero eso me obligaría a dos cosas: permanecer con ellas hasta el fin de mi vida con las alas recortadas e invitar a mi familia a la boda, lo que sería terrible para mis nervios. Me contó una noche en el Arlington que no recordaba el nombre de muchas de sus amantes pero las identificaría de nuevo por las arrugas que dejaron en la almohada. Vive solo con su ama de llaves que le limpia, plancha y cocina aunque como dice es tirar el dinero. Salgo de casa con la intención de volver para el almuerzo pero  las cosas más interesantes me suceden media hora antes de la comida. Alarga el aperitivo hasta las cuatro, tapea pequeñas porciones de diferente pelaje sin que le falte el buen jamón del que entiende tanto como el mismo Joselito y duerme su siesta hasta que la curiosidad le puede y sale de casa con el espíritu  renovado de un niño a una exposición, conferencia o su partida de bridge.  Más tarde unos jereces antes de pasar a la cena que riega con buenos tintos para rematar en alguno de sus bares favoritos, esos donde se encuentra con amigos de años, para degustar unos whiskys, eso si, siempre sin hielo. Gran tipo este escocés errante de la lluvia...y del abominable té.