Todas las mañanas reviso mi correo con la ansiedad de un ansiolítico, la premura de un renco y la excitación que me provoca la vista de un solar con una caca de chucho por todo mobiliario. Cierto es que poseo numerosas cuentas que me proporcionan una ingente cantidad de literatura, pero normalmente hago caso omiso y les doy boleta con un arrastre de ratón que ya quisieran las mulillas de las ventas tirar del muerto con tanto arte.
Todas las suscripciones que he ido sumando a lo largo de los años acumulan en mis carpetas material suficiente para tenerme entretenido durante más horas de las que dispone el día, pero no soy fácil de conformar y aquello que hace años me pareció interesante, me resulta ahora tedioso como un gorigori en el entierro de la sardina.
Suministros industriales, clubes de compras, coches deportivos, cotizaciones en bolsa y revistas mil, acaban en la misma papelera en la que vierto la diligencia necesaria para ordenarles que me borren, que no doy abasto.
Hace ya tiempo que me veo gratamente sorprendido con una profusión de mensajes que me hacen creer que soy el tipo más afortunado del planeta. Todos los días, y digo todos, por fas o por nefás, soy agraciado con numerosos premios de la lotería. De entre millones de direcciones de correo, las mías siempre tocan desde todos los lugares del mundo. United Kingdom, Australia, los Estados Unidos de América, Singapur y Hong Kong me comunican mi buena suerte en un festival de premios que nunca bajan del millón de dólares y llegan hasta los treinta. Hoy, sin ir más lejos, he pillado venticuatro kilitos.
También recibo angustiosos mensajes de gente desgraciada que requiere de mi ayuda para sacar de su país grandes sumas depositadas en oscuros bancos de países africanos, donde un albacea testamentario, necesita de un experto en finanzas como yo, para ganarme un dineral con el único esfuerzo de mi firma y el número de mi cuenta corriente. Mi fama como gestor está llegando a los más remotos lugares del planeta.
Lo curioso del caso es que no recojo los premios ni los apremios. La razón: porque soy asquerosamente millonario. Para mí, un millón es el gasto diario en el queroseno de mis aviones, el caviar beluga que comen mis gatos o el dispendio que reparto en propinas a los crupieres de cualquier casino. Esos angustiosos mensajes subsaharianos no saben que los capitales retenidos lo están porque así lo decido yo, que soy dueño de todos los bancos de Marruecos para abajo, que los sorteos me tocan a mí porque manipulo casi toda la información mundial, que influyo decisivamente en el precio del oro comprando y vendiendo mis propias reservas, que la bolsa de Nueva York o la de Tokio, suben y bajan a mi antojo, que el petróleo está así de caro porque he comprado las reservas mundiales hasta el 2.025…
- ¡Marido!
- Zzzzzz
- ¡MARIDO!
- ¿Qué pasa, qué pasa?
- Que te llaman de hacienda. Tienes que pagar la contribución del año pasado.
- Diles que mañana sin falta. He comprado un cupón de los ciegos que toca seguro, y si no, responderé a un correo de UK Lottery o a un individuo de Burkina Fasso que me jura un buen pellizco si le doy el número de cuenta.
- Pues como lo quiera para timarte, va apañado, que han devuelto el recibo del gas porque en vez de descubierto lo tienes en pelotas.
- Marditos roedores.
viernes, 22 de febrero de 2008
jueves, 14 de febrero de 2008
EL VIEJO SAN VALENTIN
Al viejo San Valentín le van jubilar pronto. Dieciocho siglos juntando pimpollos no sería mucho tiempo si hubiera dedicado su vida a sanar ciegos, que era su especialidad, pero le metieron a casamentero porque en aquellos tiempos la iglesia se encontraba con overbuquin de infieles que se querían convertir a la fe cristiana en un dos por uno de bautismo y matrimonio.
Cambió la oftalmología milagrosa por la grata tarea de echar sermones a los esposos y repartir bendiciones , con tan buenas artes, que se le multiplicó el negocio y tuvo que abrir franquicias por doquier en las que, además de los elementos decorativos de la iglesia, se entregaba a los nuevos pastores y coadjutores una edición facsímil con sus discursos y sus rezos. Hay que reconocer que el éxito fue tremendo hasta que en el siglo XX se empezó a torcer el bisnes. Ahora, en el veintiuno, la cuenta de resultados pronto se escribirá en rojo y los contables de Dios le van a echar por incumplimiento de contrato. Las parejas que fracasan llegarán pronto al límite máximo permitido de la mitad más una y como recompensa por los años de servicio, le darán una ayudita social de seiscientos para que pague la habitación de la pensión celestial y se compre sopas de sobre, acelgas y peras de agua, esos manjares que comen los pobres y que asientan el estómago como una lavativa de agua bendita bien caliente.
Le imagino en el parque de Géminis leyendo la prensa gratuita sin anuncios de putas, vigilando los besos furtivos de los amantes en su hervor a borbotones sin poder hacer nada para evitar que el furor inicial termine en una relación formalizada sin más futuro que el que proporcione el aguante de la desgana y la comprobación de que los ronquidos de tu ángel no suenan a balada sino a motocarro acelerando en la cuesta del punto final.
Le sigo la mirada vítrea de miope que se niega a ver la maldita realidad y se cuaja de agua ante los fracasos, pero se torna celeste y vibrante cuando ve a una pareja de viejos emborrachados de cariño, pasito a pasito, subiendo la cuestecilla agarrados del brazo.
No conoce el porqué del fracaso. Algo normal para quién nunca tuvo amantes carnales. Si hubiera sabido que la eternidad puede llegar a ser tan efímera como el tiempo que tarda en llegar un nuevo amor para sustituir a otro gastado, no hubiera cometido la torpeza de aseverar que las uniones son para siempre, como si el pegamento del amor no fuera en muchos casos un loctite caducado que se quiebra ante las vibraciones de la bronca verdulera y que deja en cada uno de los trozos una pátina invisible y dura que dificulta la adhesión de una pieza nueva y brillante, como el reflejo de la luna en una navaja de afeitar.
Descubrí el influjo de San Valentín y las erecciones casi al mismo tiempo, cuando las tetas empezaban a asomarse y al erial de mi pubis le plantaron un césped negro de pecado mortal y un árbol de plexiglás que me atormentaba las noches . Y los días. Recuerdo mi desesperación por acercarme a ella con esa pasión de las hormonas multiplicándose y la mente obsesionada de un loco que no conseguía olvidar ni un momento que aquello que tanto anhelaba solo podría calmarse derramando a escondidas el licor del instinto. Aquello pasó y volvió, volvió y pasó, hasta que la maquinaria perdió revoluciones y encontró el ritmo sosegado y amable de un motor diesel que, según los catálogos, debería funcionar de por vida si le revisas de vez en cuando y le pones combustible a menudo sin pasarte de revoluciones, que le puedes gripar en cualquier momento.
Esta mañana me miré al espejo y me devolvió la imagen de San Valentín disfrazado de mí. No era viejo, ni mucho menos; tampoco muy joven. Sólo esa edad en la que tu vida pasada te pone diez o te quita ocho según el trato dispensado. Era mi cara sin afeitar y con el pelo huraño del sueño intranquilo. Pensé que estaba dormido y decidí ducharme. Cuando salía de casa tuve que confirmar un dato. Miré en la cartera. Solo unos billetes, el bonometro y el DNI. Lo leí con cuidado para no equivocarme. Nombre: M – Apellido: San Valentín. Espero que no sea un aviso celestial para suplir al viejo, porque no valgo para guardián del amor. Pensándolo mejor, lo estudiaría si estuviera bien pagado y me jubilaran con la máxima a los 65.
lunes, 11 de febrero de 2008
UN GRAN REGALO
Mi amiga Xiquetä me regala este premio por ser un blog excelente.
Estoy encantado de recibirlo y me he puesto orgulloso como un pavo real. Supongo que es un reconocimiento a algunos buenos ratos leyendo y comentando mis relatos que ella presupone de mezcla de ficción y realidad. En eso ha acertado de pleno. Recuerdos ,vivencias y ficciones exageradas a la caricatura, algo mordaz quizás, pero con la sana intención presidencial de que todo se desarrolle bajo la más absoluta pretensión del buen ambiente.
Es habitual que los galardones tengan su contrapartida. La mayoría de las veces, hay que salir al escenario y dar un ligero discurso de agradecimiento, otras, promocionar la obra en los medios. En este caso particular hay que corresponder nombrando a siete colegas del gremio que merezcan, en tu opinión, tamaño galardón.
Pienso que el oficio de juez debe ser el más difícil del mundo. Examinar cada circunstancia vital de un individuo y someterlo al peso de unas leyes pretendidamente justas se me antoja tan complicado como saber si un melón será delicioso sólo mirándole la cáscara. Hay muchos blogs que merecen este premio. Todos aquellos que recomiendo en mi página y algunos cientos que leo de vez en cuando pero no comento porque me resulta imposible implicarme hasta el punto de hacerlos imprescindibles. En asuntos de amigos ficticios pero reales, de gente que aprecias de verdad aunque no les conoces, no puedo hacer distinciones. Tengo que descartar a los que ya han sido premiados y colocar otros que no os resultarán desconocidos. En este caso, los tentáculos del pulpo se pueden alargar un poco pero al final todo queda alrededor de la cabeza, que es el círculo que tu has elegido o te han elegido para ser miembro de esa familia putativa, tan querida.
Los dos primeros son para Carmen, la lunática Cordobesa que me sacó del arroyo cuando estaba a punto de tirar la toalla y me llena de gozo cuando publica sus historias, sus peomas y cuida la estética al punto que su blog parece de filtiré. Todo la sensibilidad y estética de una gran Mujer.
Primero las damas, amigo Batanero. Lo mío contigo transciende al blog porque me siento muy cercano a tí, en pensamiento, palabra, obra y en este caso, omisión de primer grado. Ya me salió el catecismo que debería practicar más, pero me aburren las plegarias repetitivas. Por eso tu blog es tan adictivo. Me sorprendes con un viaje, una cena romántica, un problema social o un pensamiento de esos que te machaca el termo de cavilar en temas de primera necesidad social, sin extensiones ni manicuras conn un razonamiento inapelable donde predomina el sentido común, tan escaso en los tiempos que corren.
Mención especial a El Loco Oficial. Un individuo que mezcla una prosa atrevida con la música más sorprendente, hilbana historias delirantes con melodías de todo pelaje. Desde el más exquisito jazz hasta el punk más desaforado, explica las técnicas de los clásicos y su transformación en música actual desde su punto de vista de matemático loco. Ya quisiéramos los cuerdos manejar tanta cultura y sabiduría.
Andrés Martínez es otro de mis favoritos. Un genial arquitecto que mezcla las excelencias de sus obras con explicaciones sobre soluciones urbanísticas y temas de debate de altísimo nivel que convierten su website y su blog en un punto de encuentro en el que para atreverse a comentar, hay que andar con paso firme. Algo así como un arquitecto ensayista que nunca me deja frío.
No quería despedir este blog sin reconocer los méritos de Raindrop, Avellaneda, Soloyo, Zafferano, cruzcampo, y otros muchos que olvido con mi mala cabeza pero que sigo con fervor. También sigo de cerca los pasos de Ana Vázquez, una segoviana estudiante de periodismo con la fuerza de un mihura que ya tiene columna propia en nuestro querido Adelantado de Segovia. El Sábado leí su columna y os aseguro que deberían temblar los cimientos de los consagrados. Está arrolladora.
Por supuesto, todos aquellos que comentan mi blog y los visitantes asiduos y eventuales. Me encantaría poder saludarles a través de un comentario, anónimo, no pretendo más, donde me dijeran "saludos desde Méjico o de donde el destino les haya enviado a nacer o vivir.
Seguiré en esto, aunque mi fábrica de fabular esté en crisis. Lo superaré con unos supositorios de té verde y plomo candente que encargaré al herrero de mi barrio. No seguimos viendo por aquí, como todos los días.
miércoles, 6 de febrero de 2008
POR ESTA NO PASO
Leo con estupor que unos pequeños incidentes contra el piloto de Fórmula 1, Lewis Hamilton, donde un grupito minúsculo de descerebrados exhibieron unas pancartas donde se le decía que no era bienvenido, han provocado un incidente diplomático.
El ministro británico de deportes ha escrito a la FIA y al gobierno Español para quejarse de los incidentes racistas contra el piloto de raza oscura.
Parece que entre los gritos de la multitud se oyó "puto negro", comentan los periodistas ingleses.
El tema tiene su enjundia viniendo de donde viene. Qué un país cuyos hoolligans provocan incidentes multitudinarios donde quiera que vayan, que se emborrachan y emplean la violencia extrema en todo el mundo, al punto que se necesita arbitrar medidas especiales de seguridad cuando ellos llegan, que están consentidos por su gobierno que no hace nada por erradicar tamaña lacra, ese mismo gobierno se enfada porque unos bocazas insultan a su muchacho llamándole puto negro, que no es más que la constatación de que es de color, negro, y que para ellos en un puto, o un cabrón, o lo que diablos piensen que es, no deja de ser un acto aislado sin mayor importancia.
Un país que permite que en una de sus ciudades, Brighton, haya un día establecido para la "caza del español" como si fuera el sustituto de la prohibida caza del zorro, donde se maltrata sin pudor a unos tipos por el hecho de ser de otra parte, me viene con milongas y se la coge con papel de fumar pidiendo explicaciones y comprometiendo las dos carreras que se celebrarán este año en nuestro país. Pues señores británicos, por esta no paso. Amaestren a sus bestias, cápenlos si así se vuelven mansos, y déjenme de cuentos chinos. Controlen a sus ultras, prohíbanles la entrada a los estadios si han causado daños y no confundan a la gente. No es lo mismo golpear que insultar, no es lo mismo la furia alcohólica de la masa tarada que las pancartas o los gritos. En Barcelona, la policía no tuvo que intervenir, sólo una advertencia de la organización y se acabó el follón.
Que yo sepa, no hubo más violencia en Montmeló que la que hay en un mercado si a una dama le llamas hijaputa porque se quiere colar con mala baba. Por si acaso, un recuerdo para que comparen. Dios y la Reina les guarde a Vdes. muchos años, y que yo lo vea.
Tenía intención de colgar otro vídeo. Un resumen de la película Hooligans en la que interpreta el tema principal mi querido grupo Whitin Tempations. No ha sido posible incluirlo, pero os dejo la canción donde mi adorada Sharon den Adel, canta el tema Stand your ground.
El ministro británico de deportes ha escrito a la FIA y al gobierno Español para quejarse de los incidentes racistas contra el piloto de raza oscura.
Parece que entre los gritos de la multitud se oyó "puto negro", comentan los periodistas ingleses.
El tema tiene su enjundia viniendo de donde viene. Qué un país cuyos hoolligans provocan incidentes multitudinarios donde quiera que vayan, que se emborrachan y emplean la violencia extrema en todo el mundo, al punto que se necesita arbitrar medidas especiales de seguridad cuando ellos llegan, que están consentidos por su gobierno que no hace nada por erradicar tamaña lacra, ese mismo gobierno se enfada porque unos bocazas insultan a su muchacho llamándole puto negro, que no es más que la constatación de que es de color, negro, y que para ellos en un puto, o un cabrón, o lo que diablos piensen que es, no deja de ser un acto aislado sin mayor importancia.
Un país que permite que en una de sus ciudades, Brighton, haya un día establecido para la "caza del español" como si fuera el sustituto de la prohibida caza del zorro, donde se maltrata sin pudor a unos tipos por el hecho de ser de otra parte, me viene con milongas y se la coge con papel de fumar pidiendo explicaciones y comprometiendo las dos carreras que se celebrarán este año en nuestro país. Pues señores británicos, por esta no paso. Amaestren a sus bestias, cápenlos si así se vuelven mansos, y déjenme de cuentos chinos. Controlen a sus ultras, prohíbanles la entrada a los estadios si han causado daños y no confundan a la gente. No es lo mismo golpear que insultar, no es lo mismo la furia alcohólica de la masa tarada que las pancartas o los gritos. En Barcelona, la policía no tuvo que intervenir, sólo una advertencia de la organización y se acabó el follón.
Que yo sepa, no hubo más violencia en Montmeló que la que hay en un mercado si a una dama le llamas hijaputa porque se quiere colar con mala baba. Por si acaso, un recuerdo para que comparen. Dios y la Reina les guarde a Vdes. muchos años, y que yo lo vea.
Tenía intención de colgar otro vídeo. Un resumen de la película Hooligans en la que interpreta el tema principal mi querido grupo Whitin Tempations. No ha sido posible incluirlo, pero os dejo la canción donde mi adorada Sharon den Adel, canta el tema Stand your ground.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)