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viernes, 6 de julio de 2007

EL GARITO AL QUE VOY (II)

Os prometí que os hablaría de la gente del Wiomin, el bar al que voy con frecuencia y del que habitualmente salgo diciendo: No vuelvo , no hay quién aguante a esta parentela pero como soy de memoria floja se me pasa el cabreo y repito. Ayer mismo entré y ví en la barra a Felipe el Platero. El apodo no le viene por haberse dedicado a la joyería, sino porque estuvo trabajando muchos años en una famosa empresa de cerámica Sevillana donde se hacen vajillas muy apreciadas. Nada más entrar me comentó.

Estoy acabado. Me ha dicho el médico que tengo todo hiper, como el carrefur. Debe ser tan malo que aunque he hecho esfuerzos por recordarlo, me es imposible así que le pedido que me lo escriba, y ni así lo entiendo.

Me pasó el papel y pese a que me esforcé, no pude descifrar el jeroglífico. Acordamos visitar a Pura la farmaceútica que después de cincuenta años al frente de la botica supusimos que entendería la letra del galeno. Se puso a ello, miró el papel, gruño, se calzó las gafas de cerca y sentenció.

Felipe, estás igual de malo que hace diez años, pero ahora vas a tener que tomarte la medicación. Aquí pone que tienes hipertensión arterial, hipercolesterolemia y luego el cachondo del Doctor Peinado ha añadido que tienes hiper-sudoración en los pies. Para lo último te ha recetado pediluvios con ajax pino y cepillo de raíces y para lo demás una dieta de NO y unas pastillas que, o te las tomas de una puñetera vez o te encargamos la esquela en el abecé, eso sí, suprimiendo lo de “habiendo recibido la bendición de su santidad” por lo de “habiendo decidido cachondearse de su enfermedad”.

Ya pura, ¿pero eso de la tensión y del colesterol no duele? , porque a mi no me duele nada.

Que me perdone Hipócrates por la burrada que voy a decir, pero a ti hay que ponerte un ejemplo como a los niños. Las venas son como las cañerías. Si se endurecen y se atascan por el colesterol, que es como un cemento, pasa mucha presión y se pueden romper. Después de veinte años, que sepamos, teniendo más de trescientos de colesterol las tienes tan duras que si te extirparan una, solo con meterle una mina ya tendrías un boli bic. Aah y la dieta de NO es No a todo. Alcohol, grasas, tabaco, carnes, vamos una mierda de vida.

Lo que te decía, estoy acabado. Voy a aprovechar hoy que mañana me retiro. Y se pidió un solysombra para pasar el mal trago.

Felipe es el prototipo de la inactividad. Solo con proponerle andar doscientos metros sin necesidad o hablarle de deportes le produce una reacción que le fatiga el pecho y le surge un carraspeo como de tísico que remedia con buchitos de agua que bebe de forma espasmódica, aceleradamente, como si necesitara un tratamiento pero lo racionara en pequeñas dosis. Se considera y es una buena persona. Devora cortezas con una pasión desmedida, supongo que porque se las han prohibido y se cabrea de verdad cuando se acaban o se revienen con el tiempo y la humedad del Wiomin. Su pequeño defecto es que habla demasiado y eso le lleva a argumentar frecuentemente sobre su manera de ver la vida y contar que, si todo el mundo siguiera sus consignas, el mundo iría mucho mejor. Recuerdo su último chiste que hablaba de una anciana que formuló una denuncia en comisaría.

- Vengo a denunciar que me han violado hoy y mañana.
- Señora, ¿como le van a violar mañana si estamos a hoy?
- Es que hemos quedado.

Y se despelota de risa él solo.

Nuncia, su mujer, no sabe en que se gasta Felipe buena parte de la pensión. O si lo sabe, no lo se. Los Domingos hace un esfuerzo y después de misa a la que va a regañadientes, se toma un aperitivo con ella. Los Domingos, Felipe no bebe alcohol. Se pide un mosto que trasiega con una cara de asco que asusta, solo para tener la fiesta en paz, mientras su mujer degusta un vermucito con sifón que le sabe a gloria. Es entonces cuando los paisanos del bar le putean a conciencia.

Felipe, tanto mosto te va a sentar mal, que tiene mucho azúcar para ti. Por cierto, te invito a los toros que tengo dos contrabarreras de sol y sombra. La semana que viene hay un viaje "espléndido" a "Chinchón", tu me entiendes, con cordero y vino. Si te quieres apuntar habla con Don Simón. Y Nuncia les mira de reojo mientras murmura: Vaya panda de cabrones. Ojala fumiguen el bar con ellos dentro. Y es que Nuncia no es tonta. Sabe de los excesos de su marido, pienso yo que por el tufo a vino que lleva a casa, pero le molesta que la consideren una ignorante, ella que fue maestra hasta que Felipe la desposó y quitó de trabajar. Hace poco la encontré en una tienda y al salir me paró y dijo.

- Oye, tu pareces un tío majo. ¿Cómo es que frecuentas el Wiomin con la purrela que para por allí?
- Señora, gracias por el cumplido y voy sobre todo a jugar una partidita de vez en cuando, y no es tan mala gente. Son solo personas un tanto desubicadas.
- Borrachos animales de tiro. Asnos, burros y pollinos. Tú de momento pareces un purasangre, pero te veo en unos meses tirando de una carreta, que todo se pega menos el dinero.
- Gracias señora por lo que me toca. Supongo que nos volveremos a ver.
- ¡Cómo no sea en el hipódromo!

Y se fue tan ancha la señora. Por mi parte me fui a las carreras, aposté por una yegua preciosa digna de mi pedigrí y gané unos euros que me vinieron de perlas para pagar al callista.