sábado, 5 de mayo de 2007

EL BEMEUVE

El deseo de poseer algo es, con frecuencia, tan fuerte que nos deja indefensos ante lo que sería para nosotros conveniente o inconveniente. Cuando alguien desea algo de verdad, casi nunca se para a pensar en los pros y los contras que entrañan la decisión de la adquisión del objeto deseado. Son muchas las personas que no dudan en comprar bienes sin haber tenido en cuenta las consecuencias directas de ese acto.

Mi amigo Rigoberto es una persona de mediana edad, soltero de vocación, con un trabajo estable bien remunerado. Su descripción perfecta es la de un vividor. Le atrae todo lo que suene a juerga. Mus, poquer, copas, cenas, y algunos hábitos más.

Hace unos meses, miró al escaparate de una tienda de automóviles de importación y se quedó prendado de uno que estaba en la exposición. Entró y sintió el flechazo. Fue verlo y desearlo. Un BEMEUVE precioso, brillante, bonito, asientos de cuero, faros de xenon, más de doscientos caballos, deportivo, diésel. Pensó: ¡Coño un deportivo diesel no pega! Qué más da aunque vaya con queroseno, Automático. ¡Coño un deportivo automático tampoco pega! Da igual, lo quiero. Estaba extasiado cuando llegó el dependiente.

- ¿Le puedo ayudar en algo?
- Me gusta, lo quiero para mi. Deme el costo.
- ¿El costo? No le entiendo, señor. Si es Vd. policía me puede registrar pero yo no tomo drogas.
- Que me diga lo que cuesta este coche.
- Señor, a un automóvil de esta categoría no se le puede llamar coche. Es full equip, 236 caballos, 2 turbocompresores, 8 cilindros, 32 válvulas, se pone a doscientos en doce segundos, kilómetro cero un poco amplio. Solo tiene cuarenta y seis mil kilómetros, ¡pero reales.. eh! . También techo eléctrico convertible..
- ¿Techo qué?
- El techo tiene una ventnilla corrediza automática..
- Ah. Yo le llamo sacacuernos, jeje. No siga. ¿Cuánto vale?
- Al tran tran cuarenta y seis mil euros, si lo financiamos le podría salir una cuota de..

Le corté en seco.

- No lo venda, por su padre, que está adjudicado.

Cogió un taxi y fue al banco. Le espetó a una señorita sentada en una mesa.

- Quiero ver a Amancio, el director, a la carrera.
- Si, un momento. ¿Es Vd. el señor?
- Ripuerto. Rigoberto Ripuerto, pero D. Amancio me conoce por Virolo, por una viruela que cogí siendo niño.
- Enseguida le aviso, señor Virolo.
- Señorita, para Vd. D. Rigoberto o Sr. Ripuerto. Lo de Virolo solo se lo permito a los íntimos.

La bancaria, algo confusa por las prisas del cliente y el aluvión de nombres poco comunes le dijo.

- No se procupe señor.. Virtuerto.
- Lo que me faltaba. La cara picada, la tripa, la calva y además me llamas tuerto. Anda tira y avisa a al director que tengo mucha prisa. ¡Y aclárate guapa!

- Hola, Amancio. Me tienes que financiar un automóvil que cuesta cuarentaypico mil euros. Dame plazo y cuotas mensuales.
- Oye Virolo, no es por desanimarte pero vas justito con la hipoteca. La couta aproximada a ocho años es de unos ochocientos euros.
- Bueno. Ya sabes que tengo mis vicios. Fumar, beber, cenas fuera, alguna compañía de pago..
- He visto tus recibos de la Visa y tu no pagas a compañías de pago. Tu pagas a toda la compañía.
- Pues quita eso y las copas y me da de sobra para el auto. Es un BEMEUVE cojonudo.
- Pero, tu que el viaje más largo que haces es a Toroncillo a ver a tu madre, y eso está a cuarente kilómetros, ¿te vas a gastar más de cuarenta mil euros en un coche?
- Che, Che, que no es un coche, es un automóvil. Coche es es la mierda de renault que tienes tu y me va a salir rentable porque lo de las chatis me lo voy a ahorrar porque voy a ligar lo que quiera.
- ¿Pero te has mirado al espejo? Mira, te firmo la operación, pero la primera cuota impagada te embargo el coche, y si hubiera más me lanzo a por el piso.
- Eres estupendo, Amancio.

Y le dió un beso en la mejilla.

Recogió el dinero y corrió hasta la tienda de coches. preguntó por el dueño y le mostró el fajo de los billetes.

- Cuarenta y seis mil a traca traca.
- Excelente caballero. Pase a la oficina para hacer los papeles de la transferencia. Por cierto, como desea el seguro?
- Vd. dirá.
- Yo le recomiendo un todo riesgo que incluya robo, incendio, lunas, en fin..un todo riesgo completo.
- Si, como lo tengo en el otro coche. Eso saldrá por unos seiscientos euros, más o menos.
- La cantidad es algo superior. El pago mínimo anual es de mil ochocientos cincuenta.
- La madre que me parió. Si pago esto me voy a tener que quitar hasta de las juanolas.
- Le recomiendo que lo tenga bien asegurado, al menos los dos primeros años. Es un coche muy goloso.
- ¿No habíamos quedado en que no era un coche, que era un automóvil?
- Disculpe señor. Claro que es una automóvil. un automóvil de lujo para un cliente exigente como Vd.
- Que sea lo que Dios quiera.

Nada más estrenarlo se dió cuenta de que todo el mágnifico panel de mandos estaba escrito en Alemán. Miró y repitió. Frugun, Gronig, Hersthaugen, Volkaisen, sittenksld. Aquello parecía un jeroglífico. Abrió la guantera, buscó el libro de instrucciones y comprobó que estaba escrito en Alemán, Inglés, Francés, Portugués, Danés, Polaco, Ruso, Chino Mandarín, Hindi, y Serbio-Montenegrino.

- ¿Y a los Españoles, que nos den por culo, no?

Poco a poco se acostumbró a su manejo, no sin antes poner la calefacción en Verano, Abrasarse con los asientos calefactados en un viaje a Almería en el mes de Agosto, soportar la musical letanía de una señorita que le indicaba cosas ininteligibles, y que el gepeese no supiera donde estaba la Gran Vía Madrileña porque toda la cartografía era únicamente para Alemania.

Cien euros cada vez que llenaba el enorme depósito de noventa litros de capacidad. Setecientos cincuenta euros las revisiones cada cinco mil kilómetros. Otros trecientos euros de garaje y además no ligaba nada. No se puede tener un coche fantástico y una cuenta corriente insolvente.

- ¡La desgracia que me ha caído con el coche!.

Volvió a la tienda. Habían pasado seis meses desde la compra y les propuso que se lo recompraran. Le ofrecieron justo la mitad. Tenga en cuenta que ya son 3 propietarios, que los coches se deprecian rápidamente, y si lo quiere vender dese prisa que en Enero no le pagarán más de dieciseis mil.

Cogió el dinero. Amancio le hizo un apaño de la deuda restante, ampliando la hipoteca y Rigoberto volvió a su vida normal. Feliz y contento con sus juergas, sus chicas y su Opel Corsa de toda la vida.

Los amores a primera vista noquean nuestro cerebro, por eso recomiendo un examen, al menos somero, para averiguar si nos favorecen o nos perjudican. O puede que no. En cuestión de pasiones el cerebro siempre queda anulado en favor del corazón.


El instigador

Pd. Instigador, denostada palabra en la actualidad, es aquel que incita a los demás a realizar una cosa, buena o mala. Habitualmente se utiliza para describir a personas que animan a otros a realizar determinadas acciones que tienen como resultado la comisión de un delito o de una acción criticable. En mi caso, solo pretendo instigaros a ver las cosas de una manera sencilla, utilizando algo de sentido común y una pizca de humor.

1 comentario:

maría mariuki dijo...

Me encantan tus historias. Ésta del coche está fenomenal, es muy divertida. Por mí puedes seguir instigando mucho tiempo. Por cierto la novela de Javier Marías "Los enamoramientos" va un poco de eso, de instigar. Me gustais mucho los dos escribiendo.