lunes, 14 de mayo de 2007

Los Despistados

La mayoría de los despistados somos gente normal con la cabeza en otro sitio. Utilizamos el cerebro para pensar pero vamos por la vida con el coco lleno de ideas que nos impiden centrarnos en hacer las cosas correctamente. Es la falta de concentración en lo concreto la que nos hace olvidarnos de las cosas, equivocarnos de sitio o desorientarnos, extraviar objetos y en definitiva, como habitualmente nos llaman nuestros allegados, ser un desastre. ¡ Eres un desastre. No se te puede mandar hacer nada ¡


Nosotros, que no somos conscientes de nuestros despistes hasta que nos damos cuenta de que, de nuevo, hemos fallado, atribuimos nuestra debilidad mental a falta de memoria, a la necesidad de fósforo para el cerebro y a cualquier motivo físico que nos exima frente a nuestros continuos fallos. Para el resto de la gente es únicamente una cuestión de no priorizar las cosas en su justa medida. Por ejemplo, no se puede salir de casa sin revisarse los bolsillos para asegurar que tienes las llaves; si vas a comprar el pan y el periódico, ir primero a la panadería y al kiosco en vez de entrar en una farmacia a comprar pastillas para los gases, o si vas al médico a por unas recetas, confirmar al salir de la consulta que nos las has dejado en la silla vacía contigua a la tuya.

Paso a relataros algunos de los despistes más preocupantes, por las consecuencias que hubieran podido tener, que me han sucedido desde que recuerdo.

En un viaje a Marruecos, visité una mezquita. Después del obligatorio descalzamiento y de disfrutar de un recinto con nula ventilación, poca luz y gran afluencia de personal islámico barbudo y a retambufa, quedé mirando sus arcos y sus colores y me pareció artísticamente muy interesante. Terminamos la visita y como no confiaba en la gastronomía local había llevado mis viandas propias para alimentarme hasta la cena. Llegó la hora del almuerzo y no encontré mi bolsa. La había dejado olvidada en la mezquita. Mi primera intención fue ir a recuperarla, ya que estaba cerca, pero enseguida cambié de opinión y me decidí a ir muy deprisa al sitio más alejado del templo. Mi almuerzo era un bocadillo de jamón ibérico y una coca cola. Si alguno de los bereberes lo hubiera abierto estaría en un estado de síncope al haber profanado su santo lugar con mi bocata de jalufo prohibido e infiel. Y eso me pasa por tener una mujer de Salamanca, que siempre que viajamos se empeña en que no falte jamón de Guijuelo en nuestros desplazamientos.

La falsa confianza es otro de los motivos del despiste. Tu confías en tus posibilidades, pero las posibilidades no confían en ti. Recuerdo que tuve que ir a una clínica a que me hicieran una prueba. En un macrohospital como los que hay en Madrid, las indicaciones son siempre confusas.

- ¿Me puede Vd. Decir dónde hacen las ecodopler?
- Su santa madre. ¿Y eso lo hacen en los hospitales? Por el nombre bien podría ser que vd. necesita un acople. Vaya a un puticlú, buen hombre que se lo hacen en un momento.

Después de recorrer la planta, fui a un punto de información donde me indicaron que siguiera una línea amarilla y me parara en una sala de espera con un cartel que rezaba "Diagnóstico por Imagen".

Tú buscas en el suelo la raya amarilla sin obtener resultado, hasta que después de varios minutos, alzas la vista y la ves en la pared. Línea amarilla, otra azul, otra roja y otra verde, todas en la misma dirección. Comienzas a andar recordando, diagnóstico por imagen, diagnóstico por imagen, diag… Pasillo, giro a la derecha, pasillo, giro a la izquierda, la roja ya no está, caminas, diagnóstico por..

Perdone, me para un abuelete,

- ¿Sabría decirme donde hay un lavabo?, que llevo diez minutos buscando y me lo voy a hacer.
- Pues si le tengo que indicar yo, se lo hace seguro. Disculpe pero no soy de la casa. Cuando vea a alguien con bata, pregunte.

Y seguí mi camino recordando, y escuche un cuesco a lo lejos. El abuelo no ha llegado. seguí, distribución de imagen, no, disminución por imagen, no me suena, y olvidé por completo el nombre. Seguí andando, pero la línea no era para mi cerebro la primera prioridad, era el maldito nombre que no podía recordar. Me di cuenta de que algo iba mal cuando llegué a la lavandería. Me recomendaron desandar doscientos metros y media hora después encontré el lugar de la prueba. Tras leer el informe médico pensé que hubiera sido mejor idea realizar un acople aunque fuera con sarita montiel.

Todo el mundo hablaba de lo mismo. Aquella escultural rubia, como se llamada.. , si aquella de la película Nueve semanas y media. Que si magnífica, que si buenísima, la actriz claro. Total que la tenía que ver. Vi a lo lejos un cartel que la anunciaba y no lo dudé. Entré y salí escopetado a los dos minutos. Ví en ese corto lapso de tiempo más carne y más fluidos que en la serie de Grison en tres temporadas. Era evidente que me había equivocado. Al salir y ver el cartel me quedé de piedra. La película era Nueve ninfómanas y media, que digo yo quién habría engañado a la minuscula "media" para hacer esas escenas. El cine era, por supuesto una sala X.

Intentar abrir el coche hasta dejar la llave rota dentro de la cerradura para a continuación darte cuenta de que no es tu coche, echar una carta con destino a tu padre con un décimo de lotería de navidad y al llegar a casa notar que conservas el décimo pero echas en falta un billete de cien euros y calzarte unos vaqueros pensando que has engordado mucho cuando los pantalones que te estás poniendo son de tu mujer, son esas cosas que nos suceden a los despistados. Pero no todo el mundo que distrae, falla, olvida o yerra pertenece al exclusivo club de los despistados.

Parece que la tan famosa Pantoja ha pisado el calabozo, acusada de no justificar un millón doscientos mil euros. Doscientos milloncejos de las de antes. El tema está claro. A una mujer acostumbrada a manejar cantidades ingentes de dinero, doscientos kilitos se le escapan de las manos. Si esta mujer cobra por concierto, pongamos cincuenta mil euros, en 24 bolos se hace con la cantidad no justificada y a una folclórica tan querida, con tanto trabajo. 24 conciertos no son nada. No os extrañe que se le olvide. Ahora que se le ha advertido del error, ruego a las autoridades que se lo perdonen, coño, que no tiene mala intención, y que si por esas fechas no daba tantos conciertos y el dinero es de procedencia dudosa, que no duden, que será de procedencia honesta, o no. No lo se, pero pelillos a la mar, que tiene que pagar las putas de su chico y tropecientos chalés.

Un futbolista que gana un huebillón de euros, que puede dar pataditas a una pelota cientos de veces sin que toque el suelo, que se la coloca en la nuca, que la pega con los hombros va y falla un penalti. No cuando el portero lo para, que eso es un acierto del de los guantes sino cuando lo envía dos metros por encima de la portería. Dicen que un error lo comete cualquiera, que el fútbol es así, que el estrés de la competición. Jopé, es que una portería vista desde el punto de libre directo es muy grande y ese señor es un profesional. Si un cirujano opera un estómago y mete el bisturí 20 centímetros por debajo, le organiza una escabechina al enfermo de tres cojones,nunca mejor dicho, y nadie dice que la cirugía es así, que errar es humano, y que es comprensible que estuviera nervioso porque a su hijo le hubieran suspendido sociales. Si los jugadores tuvieran una sanción económica grave por cada penalti fallado seguro que se lo pensarían dos veces antes de mandar el balón a la grada.

Hace poco a un ilustre juez de cuyo nombre no puedo acordarme, dejó sin firmar un papel necesario para que un delincuente muy peligroso siguiera en prisión hasta el día del juicio. Me refiero al día del juicio del delincuente, no al día del juicio final que es lo que debería estar semejante personaje en prisión. Ha sido un olvido. Pido perdón a la ciudadanía, pero tengo tantas cosas en la cabeza que se me pasó. La repera. Es algo parecido a lo que sucedería en el caso de que un patrón cerrara una nave congeladora el Viernes y al volver el Lunes se percatara que había dejado dentro a tres currantes. Vaya fallo que he tenido. No se preocupen que corro con los gastos del sepelio, pero no los incineren que eso me costaría un huevo, hasta que se descongelen y prendan....

Y de política no hablo que estamos en campaña, pero lean y miren, que entre lo de Marbella, Ibiza, fondos reservados, forum y afinsa, financiación de partidos, terrorismo de estado, la fiscalía general, la abogacía del estado, los batasunos, lo de Irak y que mi banco me sigue cobrando comisiones por todo, vamos por buen camino. Todos son errores de planteamiento, fallos garrafales, olvidos imperdonable, pero a la ciudadanía nos lo presentan como algo inevitable, necesario, bueno para nosotros aunque no lo entendamos de momento y demás patrañas. Así está el personal, harto de todos los mandamases mundiales que no hacen otra cosa que complicarnos la existencia. Con lo fácil que es cambiar las cosas a mejor. Mejora de la educación, motivo principal. A por ello. Cueste lo que cueste. Temas accesorios, si hay presupuesto, adelante, pero si no, todo puede esperar.

Ya lo dice el tango. Siglo XXI cambalache, problemático y febril, que el que no roba no mama y el que no afana es un gil. Puede que no sea exacto del original, pero ya se sabe que los despistados tenemos mala memoria. O no tan mala. Sinceramente no lo se.

El instigador.

sábado, 5 de mayo de 2007

EL BEMEUVE

El deseo de poseer algo es, con frecuencia, tan fuerte que nos deja indefensos ante lo que sería para nosotros conveniente o inconveniente. Cuando alguien desea algo de verdad, casi nunca se para a pensar en los pros y los contras que entrañan la decisión de la adquisión del objeto deseado. Son muchas las personas que no dudan en comprar bienes sin haber tenido en cuenta las consecuencias directas de ese acto.

Mi amigo Rigoberto es una persona de mediana edad, soltero de vocación, con un trabajo estable bien remunerado. Su descripción perfecta es la de un vividor. Le atrae todo lo que suene a juerga. Mus, poquer, copas, cenas, y algunos hábitos más.

Hace unos meses, miró al escaparate de una tienda de automóviles de importación y se quedó prendado de uno que estaba en la exposición. Entró y sintió el flechazo. Fue verlo y desearlo. Un BEMEUVE precioso, brillante, bonito, asientos de cuero, faros de xenon, más de doscientos caballos, deportivo, diésel. Pensó: ¡Coño un deportivo diesel no pega! Qué más da aunque vaya con queroseno, Automático. ¡Coño un deportivo automático tampoco pega! Da igual, lo quiero. Estaba extasiado cuando llegó el dependiente.

- ¿Le puedo ayudar en algo?
- Me gusta, lo quiero para mi. Deme el costo.
- ¿El costo? No le entiendo, señor. Si es Vd. policía me puede registrar pero yo no tomo drogas.
- Que me diga lo que cuesta este coche.
- Señor, a un automóvil de esta categoría no se le puede llamar coche. Es full equip, 236 caballos, 2 turbocompresores, 8 cilindros, 32 válvulas, se pone a doscientos en doce segundos, kilómetro cero un poco amplio. Solo tiene cuarenta y seis mil kilómetros, ¡pero reales.. eh! . También techo eléctrico convertible..
- ¿Techo qué?
- El techo tiene una ventnilla corrediza automática..
- Ah. Yo le llamo sacacuernos, jeje. No siga. ¿Cuánto vale?
- Al tran tran cuarenta y seis mil euros, si lo financiamos le podría salir una cuota de..

Le corté en seco.

- No lo venda, por su padre, que está adjudicado.

Cogió un taxi y fue al banco. Le espetó a una señorita sentada en una mesa.

- Quiero ver a Amancio, el director, a la carrera.
- Si, un momento. ¿Es Vd. el señor?
- Ripuerto. Rigoberto Ripuerto, pero D. Amancio me conoce por Virolo, por una viruela que cogí siendo niño.
- Enseguida le aviso, señor Virolo.
- Señorita, para Vd. D. Rigoberto o Sr. Ripuerto. Lo de Virolo solo se lo permito a los íntimos.

La bancaria, algo confusa por las prisas del cliente y el aluvión de nombres poco comunes le dijo.

- No se procupe señor.. Virtuerto.
- Lo que me faltaba. La cara picada, la tripa, la calva y además me llamas tuerto. Anda tira y avisa a al director que tengo mucha prisa. ¡Y aclárate guapa!

- Hola, Amancio. Me tienes que financiar un automóvil que cuesta cuarentaypico mil euros. Dame plazo y cuotas mensuales.
- Oye Virolo, no es por desanimarte pero vas justito con la hipoteca. La couta aproximada a ocho años es de unos ochocientos euros.
- Bueno. Ya sabes que tengo mis vicios. Fumar, beber, cenas fuera, alguna compañía de pago..
- He visto tus recibos de la Visa y tu no pagas a compañías de pago. Tu pagas a toda la compañía.
- Pues quita eso y las copas y me da de sobra para el auto. Es un BEMEUVE cojonudo.
- Pero, tu que el viaje más largo que haces es a Toroncillo a ver a tu madre, y eso está a cuarente kilómetros, ¿te vas a gastar más de cuarenta mil euros en un coche?
- Che, Che, que no es un coche, es un automóvil. Coche es es la mierda de renault que tienes tu y me va a salir rentable porque lo de las chatis me lo voy a ahorrar porque voy a ligar lo que quiera.
- ¿Pero te has mirado al espejo? Mira, te firmo la operación, pero la primera cuota impagada te embargo el coche, y si hubiera más me lanzo a por el piso.
- Eres estupendo, Amancio.

Y le dió un beso en la mejilla.

Recogió el dinero y corrió hasta la tienda de coches. preguntó por el dueño y le mostró el fajo de los billetes.

- Cuarenta y seis mil a traca traca.
- Excelente caballero. Pase a la oficina para hacer los papeles de la transferencia. Por cierto, como desea el seguro?
- Vd. dirá.
- Yo le recomiendo un todo riesgo que incluya robo, incendio, lunas, en fin..un todo riesgo completo.
- Si, como lo tengo en el otro coche. Eso saldrá por unos seiscientos euros, más o menos.
- La cantidad es algo superior. El pago mínimo anual es de mil ochocientos cincuenta.
- La madre que me parió. Si pago esto me voy a tener que quitar hasta de las juanolas.
- Le recomiendo que lo tenga bien asegurado, al menos los dos primeros años. Es un coche muy goloso.
- ¿No habíamos quedado en que no era un coche, que era un automóvil?
- Disculpe señor. Claro que es una automóvil. un automóvil de lujo para un cliente exigente como Vd.
- Que sea lo que Dios quiera.

Nada más estrenarlo se dió cuenta de que todo el mágnifico panel de mandos estaba escrito en Alemán. Miró y repitió. Frugun, Gronig, Hersthaugen, Volkaisen, sittenksld. Aquello parecía un jeroglífico. Abrió la guantera, buscó el libro de instrucciones y comprobó que estaba escrito en Alemán, Inglés, Francés, Portugués, Danés, Polaco, Ruso, Chino Mandarín, Hindi, y Serbio-Montenegrino.

- ¿Y a los Españoles, que nos den por culo, no?

Poco a poco se acostumbró a su manejo, no sin antes poner la calefacción en Verano, Abrasarse con los asientos calefactados en un viaje a Almería en el mes de Agosto, soportar la musical letanía de una señorita que le indicaba cosas ininteligibles, y que el gepeese no supiera donde estaba la Gran Vía Madrileña porque toda la cartografía era únicamente para Alemania.

Cien euros cada vez que llenaba el enorme depósito de noventa litros de capacidad. Setecientos cincuenta euros las revisiones cada cinco mil kilómetros. Otros trecientos euros de garaje y además no ligaba nada. No se puede tener un coche fantástico y una cuenta corriente insolvente.

- ¡La desgracia que me ha caído con el coche!.

Volvió a la tienda. Habían pasado seis meses desde la compra y les propuso que se lo recompraran. Le ofrecieron justo la mitad. Tenga en cuenta que ya son 3 propietarios, que los coches se deprecian rápidamente, y si lo quiere vender dese prisa que en Enero no le pagarán más de dieciseis mil.

Cogió el dinero. Amancio le hizo un apaño de la deuda restante, ampliando la hipoteca y Rigoberto volvió a su vida normal. Feliz y contento con sus juergas, sus chicas y su Opel Corsa de toda la vida.

Los amores a primera vista noquean nuestro cerebro, por eso recomiendo un examen, al menos somero, para averiguar si nos favorecen o nos perjudican. O puede que no. En cuestión de pasiones el cerebro siempre queda anulado en favor del corazón.


El instigador

Pd. Instigador, denostada palabra en la actualidad, es aquel que incita a los demás a realizar una cosa, buena o mala. Habitualmente se utiliza para describir a personas que animan a otros a realizar determinadas acciones que tienen como resultado la comisión de un delito o de una acción criticable. En mi caso, solo pretendo instigaros a ver las cosas de una manera sencilla, utilizando algo de sentido común y una pizca de humor.

martes, 1 de mayo de 2007

Vericuetos

Los vericuetos por los que transitamos desde el nacimiento hasta nuestro fin son los que conforman nuestro bienestar y malestar. Esa afirmación surge de la imposibilidad de controlar las dificultades que nos surjen a lo largo de la vida. La diferencia entre camino y vericueto radica en que el camino es un lugar transitable y un vericuetos es otro camino por donde se transita con dificultad.

El comportamiento, la inteligencia, la disposición ambiental y genética, la vida en pareja y también el azar, van conformando una senda por la que tenemos que andar durante toda la vida, unos con más dificultad, otros con menos, pero seguro que a todos nos toca sortear un sinfin de hoyos, de pedruscos, zarzas y también tramos llanos, de suave hierba y de un agradable caminar.

Es seguro que una buena disposición frente a la vida, sabiendo y aceptando que habrá de todo, mejora las condiciones de adaptación a un entorno hostil, pero siempre hay alguien que por los motivos que sean nacen en inferioridad, y para ellos el presente y el futuro siempre estarán condicionados por su pasado. Cuenta la parábola, que Diós reparte talentos, a algunos más y a otros menos, y según sea el número obtenido se te pedirán cuentas al final de tus días.

Conozco a muchas personas que han nacido con un solo talento, que carecen de educación y que han vivido una infancia mísera. Que han luchado desde niños para comer y a los que agradezco la lección que me dan cuando hablan conmigo. Gente honesta que sigue luchando, trabajando en las labores más duras, algunos sin papeles ni reconocimiento laboral y social. Sin embargo agradecen la conversación, esperan encontrar comprensión en tu mirada y si se sienten arropados, son fieles como perros para toda la vida.

También conozco gente que hacido con muchos talentos. Comodidades, lujos, los mejores colegios, universidades extranjeras y masters de renombre. Tienen una gran posición social y se dedican por entero a su trabajo y a su familia. Por desgracia, ellos tanbién tienen sus propios vericuetos aunque tengan resuelto lo más importante.

Armando empezó a trabajar a los trece años. En la actualidad tiene sesenta y seis y lleva jubilado dieciocho. Se produjo un incendio en el taller donde trabajada de linotipista y acudió a apagarlo. Se produjo una explosión y el resultado fueron quemaduras por todo el cuerpo, cinco meses en el hospital y una invalidez total que le reporta quinientos Euros al mes. Su risa es famosa en el barrio. Saca la basura de diferentes portales los fines de semana, según él para no aburrirse, aunque los que le conocemos sabemos que necesita el poco dinero extra que consigue. Aun así su humor es envidiable y es una persona generosa y de una vitalidad poco común. Yo me quemé porque quise, dice. Estaba harto de trabajar y cuando vi el fuego me dije: Armando, arrímate que con esto te jubilas. Dicho y hecho. Cinco meses en un hotel y desde los cuarentaytantos sin dar palo. Y se descojona el tio. No cuenta nada de su cuerpo abrasado, la pérdida de la visión en un ojo, pérdida de la oreja derecha y ahora sufre un problema cardíaco y una diabetes que controla mal por su afición a los dulces y al Chinchón de la Alcoholera. Las pocas veces que consigues hablar con él, en tono serio, dice. Yo cumplo con la medicina, me tomo todo lo que me recetan, pero sigo a mi aire. Si me muero, se acabó, pero con todo lo que he pasado no puedo vivir amargado y amargando a los mios.

Y sigue recorriendo sus vericuetos con una enorme cara de felicidad.

Con Yusuf intecambio relojes. Es un marroquí con una cojera especial. Se cayó de un andamio en una obra donde le contrataron sin más y le dejaron a las puertas de un hospital privado cuando se accidentó. No quiere hablar de ello, pero por el resultado, no parece que le hicieran un buen trabajo. Se gana la vida vendiendo relojes, perfumes, gafas.. de imitación de marcas de lujo. La mercancía que lleva es mala de solemnidad. Rara es la cosa que venda que no tenga defectos, pero los oculta con una habilidad pasmosa y de vez en cuando la gente le compra. Como siempre está por los bares del barrio, le echas la bronca. Yusuf, el reloj del otro día no funciona. Tu traes, yo cambio. Lo malo del asunto es que sabes que el nuevo, será igual de malo que el otro. Yusuf no vende mucho. Hay veces que le puede tanto el hambre que te quiere vender mercancía por el precio de un plato de comida. Mira gafas. Buenas, buenas, Ranban, tengo armoni y para tu mujer muy bonitas de Herrera. ¿El locutor? No hombre de Carolin Herrera, hombre.¿No conoces a Carolin Herrera?

Hace unos días, realice el cuarto intercambio de un reloj. Escogí el más feo que llevaba porque seguro que era el que menos cambios de dueño habría tenido.

- Yusuf, parece que funciona. Con esto quedamos en paz.
- Pila buena, pila reciente. Funcionar mucho tiempo. Tener que vender algo porque tengo que comer.
- Mira no me vas a vender más, pero si quieres algo, pídelo y te invito.
- Amigo, un café que tengo frio.
- Vale. ¿Quieres comer?
- Pues Claroo. Quiero un bocadillo de macarrones.
- Yusuf, piensa. Será un plato de macarrones?
- No, un bocadillo.
Dice la camarera que está esperando.
- No tengo macarrones, lo siento.
- Qué si, que te lo pedí el otro día.
- Me pediste calamares.
- Eso es, calamares, coñio, si no me gustan los macarrones porque les echais cerdo.

Se partió el bocadillo, se tomó la mitad en dos bocados. Envolvió el resto en una servilleta y lo metió en la bolsa junto con las ranban y las armoni y salió del bar con su cojera, dándome las gracias por haberle dado de comer un mísero bocadillo.

La mirada avispada, el trato correcto, no huir de sus clientes que le cambian la mercancía defectuosa, su sonrisa melancólica y sobre todo su lealtad hacen de Yusuf una persona querida entre sus pardillos clientes que sabemos que, cuando le compramos es porque tiene que sobrevivir.

Por el contrario, Angel tiene todo lo que un hombre pueda desear. Nació rico y lo sigue siendo. Después de una exitosa carrera de económicas hizo un master en EEUU. Con las influencias de su familia y su brillante curriculum entró a formar parte de la plantilla de una prestigiosa multinacional alemana. Ahora dirige los negocios familiares con éxito arrollador. Viaja constantemente abriendo nuevos mercados y espera que su empresa cotice en bolsa el próximo año.

Me encuentro con él en un bar donde se toma un café magnífico y donde leemos el periódico mientras saboreamos una taza. Un día, no me apetecía leer y puse el diario doblado a mi lado izquierdo, cerca de donde estaba él.

- Te importa que le eche un vistazo?
- No, claro que no.

Empezamos a hablar y poco a poco cogimos confianza. Me habló con pasión de su trabajo, de las dificultades que encontraba para mejorar sus empresas y de las satisfacciones que ello le provocaba. También me habló del precio que había pagado por llevar esa vida.

- Me casé joven y enamorado. Tuve 2 hijas y en el momento en que mi mujer me avisó de que perdía el tren del amor, cogí un avión y me fui a Singapur a un congreso. Yo pensaba que la familia estaba bien si tenía una posición cómoda. Buen casa, mucho servicio, los mejores colegios, tarjetas sin límites. Aquello que una mujer desea, pero yo no estaba compartiéndolo con ellas. Me perdí la infancia de mis hijas y la confianza de mi mujer. Ahora, cuando no tiene solución, pretendo recuperar todo lo perdido y el dinero no compra el amor. A la hora de la sepación, los abogados enredaron el asunto de tal manera, que surgió el odio y por tanto el sufrimiento de mis hijas. Las veo un fin de semana cada quince días y solo te puedo decir que me siento desgraciado.

- Ahora me acuesto pensando en el trabajo del día siguiente y del fin de semana que me toca estar con mis chicas.

Angel encontró un camino llano y cuando pensó que todo era sendero, se encontró con un vericueto que no puedo sortear.

Es por ello que os animo a pensar que todos tenemos que luchar. No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Y acordaros, muchos talentos no dan necesariamente la felicidad.

Y Recordad a los que no los tienen. No buscan caridad. Solo una oportunidad y algo de cariño.

El Instigador