viernes, 27 de julio de 2007

BLANCA OSCURIDAD

Estoy paseando por Madrid. Son las siete de la tarde y los benignos días pasados de Julio han dado paso a un final de mes caluroso. Nada que no sea habitual aquí en las fechas que corren. Bajo por Alcalá hasta la Puerta del Sol con la intención de coger el metro que me lleve a casa. Llego a la plaza y me topo con riadas de personas que acceden desde todas las calles que confluyen en la misma. Veo a una chica enfundada en un chaleco fosforescente con un cartel que reza “COMPRO ORO” y reparte propaganda en mano a todo aquel que pasa y la quiere recibir. Cuando estoy a un metro suyo, baja las manos y agachando la cabeza deja que pase de largo sin siquiera hacer el gesto de darme la publicidad. Paro mi marcha y le pregunto porqué me lo niega. Me responde que no tengo aspecto de querer malvender mis joyas al peso. Le respondo con un leve hasta luego y bajo las escaleras hasta llegar al andén. Llega pronto el tren y veo pasar los vagones llenos. Se detiene y salen docenas de personas que proporcionan un poco de espacio a los que esperamos para entrar. Dentro veo un huequito al lado de una agarrador lateral donde soportar las arrancadas y frenadas del convoy. Miro a mi derecha, a unos pocos centímetros y veo a un hombre asiático, menudo y sonriente con una niña al lado. Me fijo en sus manos huesudas que terminan en unas uñas largas y brillantes, como si tuvieran una capa de laca o aquel ungüento con que se pintaban las de los niños pequeños para que no se las mordieran. Mas adelante hay un asiento con cuatro mujeres. La primera por mi izquierda es de aspecto paquistaní de cara morena aceituna, del color de aquellas llamadas de "machacamolla", abiertas a golpes por la mitad que tanto me gustaban de niño y a las que llamábamos “aceitunas para inteligentes”, porque según el camarero del bar que las vendía, solo le gustaban a la gente lista. Va adormilada, con la cabeza caída y la posición forzada a la izquierda en una postura incómoda y vencida por un sueño tan efímero como el tiempo que tarde en llegar la siguiente estación y se oiga la voz metálica que anuncia la parada. Dos mujeres corpulentas de gafas cuadradas murmuran sus cosas. Con el bullicio del vagón y el ruido del tren podrían hablar en tono normal y nadie se enteraría de la conversación pero prefieren hacerlo bajito como si respondieran a una letanía o estuvieran rezando el rosario. Por su enorme parecido no pueden disimular que son madre e hija. Al final del asiento, otra mujer, ésta sudamericana con rasgos indios de pronunciada nariz y falda multicolor. Enfrascada en sus pensamientos, su boca esboza de vez en cuando una leve sonrisa, tal vez de nostalgia del altiplano peruano donde quizás dejó a sus hijos y ahora les recuerda comiendo un marengado de lúcuma festejando un cumpleaños o simplemente la llegada por Union Express del envío mensual para que no les falte de nada. Miro a la izquierda y a mi lado veo a un joven, negro como el carbón, con el pelo bien cortado, tan ensortijado, que ni separándolo a dos manos se llegaría a ver su raiz. Lleva colgada de un hombro una mochila roja casi vacía que le da el aspecto de un zurrón fofo. Tiene unos poderosos ojos negros que miran en derredor no sé bien si empapándose de cosas que jamás ha visto o vigilante para atisbar esos carteristas que según le han contado abundan en el metro y pueden apropiarse de sus escasas pertenencias. Al fondo una joven alta, morena y guapísima que viste de blanco inmaculado. Solo al recorrer el pasillo para salir puedo ver su cuerpo magnífico, bien formado, de piernas eternas y un busto erguido que no necesita nada que lo sostenga y donde se notan dos pequeñas avellanas que apuntan hacia arriba en ese estado de gracia que mezcla juventud y belleza. Al cruzarme con ella coinciden nuestras miradas durante un instante mínimo que se me hace eterno. Sonrío y me sonríe pícaramente como si fuéramos cómplices de un delito de amor no consumado. Salgo del vagón algo turbado deseando saber su nombre. Cuando oigo el pitido de partida doy media vuelta esperando que la puerta siga abierta y poder volver a mirarla, pero ya está cerrada. Arranca el tren y me quedo en el arcén hasta que desaparece en las tinieblas del túnel. En mis sueños te llamaré Blanca Oscuridad.

martes, 24 de julio de 2007

EL TRANSPORTE PUBLICO

Si amigos, he descubierto el Transporte Público.

Cada vez que cogía el coche para moverme por la ciudad mi conciencia cívica me machacaba el cerebro con mensajes como “ Contaminas mucho”, “Si estás en un atasco es porque quieres, Imbécil”, “En metro llegarías antes” y así sucesivamente. Con todo y eso no terminaba de gustarme la idea de utilizar el TP. Con mi cerebro y mi corazón enfrentados decidí apuntarme a una nueva terapia promovida por el Ayuntamiento con el lema: COCHE EN CASA, NO DES LA BRASA. Sin duda un esfuerzo mental de los técnicos de marketing del consistorio.

Como era la primera sesión no asistimos muchos. Contando con el profesor éramos 3. El otro era uno con aspecto descuidado que aprovechaba el descanso para beberse 5 cafés, comer a destajo bollos y galletas y guardarse una buena cantidad en los bolsillos. Es para luego, decía. ¿Oye, tu tienes coche? Coche no VANETE. No tiene motor pero se duerme bien. Según confesó el extraño olor que desprendía era porque usaba como desodorante zetazetapaf para repeler bichos y chinches. A pesar de todo se le veía feliz

El cursillo consistía en sentarnos en una butaca donde el instructor mostraba y explicaba imágenes donde se veían situaciones de grandes atascos y violencia urbana. Anteriormente y con el fin de que no cerráramos los ojos ante ninguna situación de alto impacto nos colocaban en los ojos unos alambres similares a los de la película La Naranja Mecánica para no poder cerrarlos.

La verdad es que proyectaban imágenes muy duras. Grandes atascos donde un recorrido de 100 metros se convertía en media hora de viaje, ciudadanos alterados por el estrés enzarzados en peleas por asuntos sin importancia. Recuerdo con especial interés uno de una pareja discutiendo dentro de un coche, llegando a agredirse solo porque el novio había pegado un moquete debajo del asiento. La mujer muy enfadada anunciaba a grito pelado que era un guarro y que pasaba de la boda. Llevaba un bonito vestido blanco y un ramo de flores. Otro que me llamó la atención era un conductor negándose a que le limpiaran los cristales. La mujer seguía insistiendo y amagando hasta que el hombre salió del coche y le derramó por la cabeza el cubo del agua y el fairi. Sorprendida, soplaba sacando burbujitas de la boca mientras el bebé que llevaba en la espalda atacaba al ciudadano cabreado con el limpia de canto acertándole en un ojo. Cuando llegó la policía y le preguntó que camino había tomado la mujer, murmuraba que estaba él como para fijarse en detalles. El último que recuerdo. Un monumental pifostio en la Castellana llena a rebosar de coches y autobuses, todos ellos pitando. De repente se oían unas sirenas y se veía a un cortejo policial con motos y coches a toda pastilla por el carril central inhábil para la circulación. En el centro de la comitiva se observaba a Zapatero fumando un pitillo sonriendo y charlando amistosamente con Sonsoles. Según nos comentó el instructor, tanto despliegue se debía a que el presidente acudía a una cita imprescindible. La inauguración de un cementerio solo para gente de izquierdas, sin capilla ni nada, que se había levantado en Taruguillo, en las inmediaciones de Arganda. Digo yo que incluir ese video fue obra del mismo Gallardón que después de saber que Rajoy no cuenta mucho con él para la sucesión, intentó un acercamiento a los socialistas que le hicieron una pedorreta. Y claro, el pobre muchacho se sintió ofendido y pasó al ataque.

Lo cierto es que salí del seminario impresionado y decidí no volver a coger mi coche para circular por Madrid. Tomé nota y empecé a usar el TP. Para un burgués liberal de izquierdas como yo el paso definitivo al bus y al metro se me hacía cuesta arriba. Mi alternativa natural estaba clara. El Taxi.

Pasaron unos meses con mi concepto de conciencia ciudadana adormilado, como si permaneciera en el limbo de una caja de lexatines. Recuerdo que fue a primeros de Julio después de un asado magnífico y una botella de Imperial Reserva cuando se iluminó mi cerebro. Primero fueron flases intermitentes para luego quedar definitivamente encendido. Hasta la iluminación de mi mente, claramente de neón por su comportamiento en el proceso de encendido era de alto consumo pero de bajo rendimiento. Había despertado de mi letargo. Pensé en las ventajas del diesel, menos contaminante y con menos consumo que la gasolina, también en que el taxi transportaba a más personas que el coche particular, pues mientras yo iba solo conduciendo, el taxi mueve al menos a dos personas, por lo que el gasto de combustible se dividía entre dos. Lo que no me quedó claro es porqué pagaba yo solo la cuenta. La próxima vez le digo al peseta que le pago la mitad de lo que marque el taxímetro. Así lo hice. Paré uno y le indiqué que me llevara a la calle Leganitos. Antes, le expuse mi teoría y me mandó al carajo. Solo deciros que me quedé iceberg. Incrédulo, bajé y zanjé la cuestión con un portazo.
El paso definitivo para ser usuario completo del TP llegó de la manera más inesperada. Tomé un taxi, di una dirección. Terminé mis asuntos y salí a la calle principal con la intención de coger otro de vuelta a casa. Recordé que no tenía dinero y acudí al cajero. Saqué mi tarjeta oro de la Banca López Queimada. Introduje el número secreto. Pi pi pi pi , retirada de efectivo, 200, Lo sentimos pero no podemos realizar la operación. Mierda de cajero. Acudí a otro y obtuve el mismo resultado. Introduje la tarjeta en un tercero, esta vez en una sucursal del Banco del Parque Guell y me salió en la pantalla: GAME OVER. Desesperado golpeé con la cabeza el maldito aparato y de pronto vi que ponía: TILT y se tragó la visa.

Me quedaba un euro y mi casa quedaba lejos. Agaché la cabeza, me metí en el metro y miré el mapa. Tuve la misma sensación que hacía unas semanas cuando me entregaron la gráfica de mi electrocardiograma. Pregunté mucho, me equivoqué bastante. Descubrí razas que solo recordaba de mi colección infantil de cromos Vida y Color. Eran siete estaciones y un trasbordo pero tardé hora y tres cuartos. Llegué a casa y llamé a mi banco para ponerles a caer de un burro. Entonces me contaron la cruda realidad. Tenía en la cuenta seis euros. Todavía me faltaban unos céntimos para comprar un bonometro.

viernes, 6 de julio de 2007

EL GARITO AL QUE VOY (II)

Os prometí que os hablaría de la gente del Wiomin, el bar al que voy con frecuencia y del que habitualmente salgo diciendo: No vuelvo , no hay quién aguante a esta parentela pero como soy de memoria floja se me pasa el cabreo y repito. Ayer mismo entré y ví en la barra a Felipe el Platero. El apodo no le viene por haberse dedicado a la joyería, sino porque estuvo trabajando muchos años en una famosa empresa de cerámica Sevillana donde se hacen vajillas muy apreciadas. Nada más entrar me comentó.

Estoy acabado. Me ha dicho el médico que tengo todo hiper, como el carrefur. Debe ser tan malo que aunque he hecho esfuerzos por recordarlo, me es imposible así que le pedido que me lo escriba, y ni así lo entiendo.

Me pasó el papel y pese a que me esforcé, no pude descifrar el jeroglífico. Acordamos visitar a Pura la farmaceútica que después de cincuenta años al frente de la botica supusimos que entendería la letra del galeno. Se puso a ello, miró el papel, gruño, se calzó las gafas de cerca y sentenció.

Felipe, estás igual de malo que hace diez años, pero ahora vas a tener que tomarte la medicación. Aquí pone que tienes hipertensión arterial, hipercolesterolemia y luego el cachondo del Doctor Peinado ha añadido que tienes hiper-sudoración en los pies. Para lo último te ha recetado pediluvios con ajax pino y cepillo de raíces y para lo demás una dieta de NO y unas pastillas que, o te las tomas de una puñetera vez o te encargamos la esquela en el abecé, eso sí, suprimiendo lo de “habiendo recibido la bendición de su santidad” por lo de “habiendo decidido cachondearse de su enfermedad”.

Ya pura, ¿pero eso de la tensión y del colesterol no duele? , porque a mi no me duele nada.

Que me perdone Hipócrates por la burrada que voy a decir, pero a ti hay que ponerte un ejemplo como a los niños. Las venas son como las cañerías. Si se endurecen y se atascan por el colesterol, que es como un cemento, pasa mucha presión y se pueden romper. Después de veinte años, que sepamos, teniendo más de trescientos de colesterol las tienes tan duras que si te extirparan una, solo con meterle una mina ya tendrías un boli bic. Aah y la dieta de NO es No a todo. Alcohol, grasas, tabaco, carnes, vamos una mierda de vida.

Lo que te decía, estoy acabado. Voy a aprovechar hoy que mañana me retiro. Y se pidió un solysombra para pasar el mal trago.

Felipe es el prototipo de la inactividad. Solo con proponerle andar doscientos metros sin necesidad o hablarle de deportes le produce una reacción que le fatiga el pecho y le surge un carraspeo como de tísico que remedia con buchitos de agua que bebe de forma espasmódica, aceleradamente, como si necesitara un tratamiento pero lo racionara en pequeñas dosis. Se considera y es una buena persona. Devora cortezas con una pasión desmedida, supongo que porque se las han prohibido y se cabrea de verdad cuando se acaban o se revienen con el tiempo y la humedad del Wiomin. Su pequeño defecto es que habla demasiado y eso le lleva a argumentar frecuentemente sobre su manera de ver la vida y contar que, si todo el mundo siguiera sus consignas, el mundo iría mucho mejor. Recuerdo su último chiste que hablaba de una anciana que formuló una denuncia en comisaría.

- Vengo a denunciar que me han violado hoy y mañana.
- Señora, ¿como le van a violar mañana si estamos a hoy?
- Es que hemos quedado.

Y se despelota de risa él solo.

Nuncia, su mujer, no sabe en que se gasta Felipe buena parte de la pensión. O si lo sabe, no lo se. Los Domingos hace un esfuerzo y después de misa a la que va a regañadientes, se toma un aperitivo con ella. Los Domingos, Felipe no bebe alcohol. Se pide un mosto que trasiega con una cara de asco que asusta, solo para tener la fiesta en paz, mientras su mujer degusta un vermucito con sifón que le sabe a gloria. Es entonces cuando los paisanos del bar le putean a conciencia.

Felipe, tanto mosto te va a sentar mal, que tiene mucho azúcar para ti. Por cierto, te invito a los toros que tengo dos contrabarreras de sol y sombra. La semana que viene hay un viaje "espléndido" a "Chinchón", tu me entiendes, con cordero y vino. Si te quieres apuntar habla con Don Simón. Y Nuncia les mira de reojo mientras murmura: Vaya panda de cabrones. Ojala fumiguen el bar con ellos dentro. Y es que Nuncia no es tonta. Sabe de los excesos de su marido, pienso yo que por el tufo a vino que lleva a casa, pero le molesta que la consideren una ignorante, ella que fue maestra hasta que Felipe la desposó y quitó de trabajar. Hace poco la encontré en una tienda y al salir me paró y dijo.

- Oye, tu pareces un tío majo. ¿Cómo es que frecuentas el Wiomin con la purrela que para por allí?
- Señora, gracias por el cumplido y voy sobre todo a jugar una partidita de vez en cuando, y no es tan mala gente. Son solo personas un tanto desubicadas.
- Borrachos animales de tiro. Asnos, burros y pollinos. Tú de momento pareces un purasangre, pero te veo en unos meses tirando de una carreta, que todo se pega menos el dinero.
- Gracias señora por lo que me toca. Supongo que nos volveremos a ver.
- ¡Cómo no sea en el hipódromo!

Y se fue tan ancha la señora. Por mi parte me fui a las carreras, aposté por una yegua preciosa digna de mi pedigrí y gané unos euros que me vinieron de perlas para pagar al callista.

lunes, 2 de julio de 2007

ESE TIPO BLANQUITO

El diario El Mundo está vendiendo láminas de la obra de Andy Warhol. Hace poco le tocó el turno a Michael Jackson. Es un retrato de hace años cuando era negro, guapo y de un talento descomunal. Denotaba la misma felicidad que un niño cuando destapa un bote de cacao en polvo encima de un sofá blanco. Siguió con el juego para ser más sofá y menos cacao, pero eligió el camino equivocado. La cirugía estética le ha destrozado el rostro y una liposucción le ha desgrasado el alma. En una fotografía actual me pareció entrever en su mirada una falta de brillo en sus ojos, ese tono mate de las perlas falsas y un aspecto de boxeador desvencijado por los golpes que después de los días de gloria vive de recuerdos borrosos. Glorioso pasado y atormentado presente. Todavía escucho sus viejos temas, cuando era un niñoadulto y me pregunto porqué diablos se ha convertido en un viejoniño teñido de blanco sin música y sin espíritu.

viernes, 22 de junio de 2007

LAS MUJERES Y EL AMOR

Se que esta entrada en mi bitácora me puede causar graves problemas. La mayoría de mis lectores son mujeres y podría perderlas y convertir mi blog en el menos visitado del mundo, pero ¡Quién dijo miedo!.

El amor es algo que sucede inesperadamente. En los hombres es una revolución sensorial que provoca el deseo insuperable de estar cerca de la persona amada, que confunde y obnubila , te hace creer que estás en el paraíso aunque te encuentres en un atasco en la Gran Vía, y te sientes feliz pensando en tu amada incluso asistiendo a un concierto del Koala. También crea un cambio hormonal de tal naturaleza que con solo oler un plato de bacalao o imaginar su turgente perfil convierte la plana meseta de tu bragueta en una colina, que digo colina, una montaña de desenfreno carnal con el consiguiente malestar físico. Que ya lo dice el refrán: Hombre empalmado, hombre encorvado.

Si consigues que tu amada responda a tu llamada al amor, verás cumplidos tus sueños y tu vida no será tu vida, será su vida. Vivirás por y para ella, la necesidad de estar juntos será tu lema, saciar su pasión tu cruzada y compartir vuestra existencia la meta.

Ahogada pero no extinta la desenfrenada actividad sexual de los primeros meses llega el momento del amor cómplice, de las confidencias del pasado, de los relatos de anteriores amores y de los primeros enfados.

- Venga, tonto. ¿Es que no confías en mi? Tu vida no me pertenecía entonces, dímelo todo, que no me enfado, te lo juro.
- Bueno, novias, novias lo que se dice novias, no he tenido ninguna antes que tu, solo rolletes..de aquí te pillo aquí te mato.
- Y, ¿te has acostado con muchas?
- No, que va. Como mucho con cuatro o cinco.
- ¿Cinco? No has perdido el tiempo, cabroncete. Que tienes ventidós años.
- Eso no es nada, el Pelusa se tumba a todo lo que se mueve, jeje, eso es ligar. Yo a su lado soy el Abad de Silos.
- Pero ahora ya solo me deseas a mi, ¿no, canalla?
- Ya solo a ti, para siempre mi amor.
- Y, ¿Conozco a alguna de tus ex?
- No creo, a lo mejor a Zoraida
- ¿A esa Ppppelma? Menuda Zzzzangolotina. ¿Y esa te gustaba?
- Es que tiraba mi amor. Solo la quería para aliviarme, que para los hombres es una necesidad fisiológica.
- Pues nada. De eso no vas a tener que preocuparte más porque vas a estar tan aliviado que cuando estés suelto, solo de pensar en otra te va a dar repelús.

Pasan los años y la rutina se establece en la pareja. Solo quedan dos soluciones. Ruptura o Boda. Y la gente se casa.

Y es entonces cuando las mujeres desentierran el hacha de guerra para conseguir el poder en la pareja. El anteriormente macho dominante que se permitía seguir con su pandilla de amigos, sus cañas y las copas del fin de semana, la partida semanal y alguna correría suelta, pasará de ser el encantador de serpientes con el áspid encantado por la sintonía de su música a tocar la melodía que prefiera la cobra.

Pero este proceso es lento y trabajoso. En algunos casos dura años de ardua labor de fino trabajo psicológico. Entiendo que cuando una mujer se enamora de alguien, no todo es atracción física, tiene que haber una admiración por algo más. Su aspecto informal, ligeramente desarreglado. O su impecable estilo de gentleman inglés, siempre perfecto. También su forma de pensar y actuar, en definitiva, un conjunto de virtudes que llaman poderosamente su atención hasta caer rendida a tus pies.

Comienza por las cosas pequeñas, valiéndose de sus armas de mujer.

- Venga cariño, recoge tú la cena que estoy muy cansada.
- Te toca a ti. Yo también estoy muy cansado.
- Venga amor, ¿no le vas a hacer ese favor a tu nena? Te lo recompensaré con creces. Y cedes la primera.
- A continuación, ese tierno ser un poco descuidado que deja los vasos sucios en la mesa, salpica unas gotitas fuera de la taza, y en un descuido deja los calzoncillos sucios en el baño, pasará a ser amonestado, de forma suave al principio y de forma contundente según pasan los meses. De ser una cabeza loca al que todo se perdona pasará a guarro de pocilga en tono bemol con la intensidad sonora de una sirena de ambulancia.

Tengo que hacer un inciso acerca de las gotitas alrededor de la taza. La fuchinga en su modo estándar es blanda y acomodaticia. Descansa hacia abajo, de lado, mirando al cielo dependiendo del tipo de ropa interior y cuando ve la luz por causa de una urgencia mingitoria no recupera un estado inicial ideal como los metales con memoria, sino que por su morfología, a veces tiene fácil manejo y otras, bien por la posición del prepucio o simplemente por defectos de fabricación dificulta la puntería habiendo que rectificar el tiro en el acto. En el acto de mear, me refiero. Es por ello que unas gotitas de vez en cuando no son un acto premeditado, al contrario, es la constatación de que tenemos entre manos un ser con vida propia y un comportamiento aleatorio. También la conclusión de la operación requiere de unos movimientos de vaivén para evacuar todo el contenido, quedando las gotas con una escasa presión ejercida de forma manual, lo que las precipita frecuentemente al suelo. Independientemente de la exigencia y pericia ya lo dice la Regla de Salcillo. La última gota al calzoncillo. Recomiendo a los lectores un examen visual del lugar antes de abandonar el retrete y en caso de pérdida de combustible recurrir al papel higiénico.

La cuestión es que las mujeres van tomando pedazos de poder, limitando tu libertad en pos de una convivencia mal entendida. Si esta mujer se enamoró de mi sabiendo como era, ¿Por qué me quiere cambiar tanto?. Porque ellas no quieren una pareja. Quieren un hijo y le tienen que educar.

Cuando al fin, después de trabajar diez horas y participar activamente en las labores domésticas, cuando ya estás amaestrado y te has vuelto un ser ordenado por la providencia de ella, preguntas si váis a dar un paseo o a tomar algo y responde. NI LOCA insinúas que te vas tu solo y te responde. ¿Qué pasa, es que no estás bien conmigo? Si cariño, es que voy a tomar algo con el charli y el pepón que hace mucho que no les veo. Responde: Pero si estuviste con ellos hace nada. Si mujer hace 3 meses, pero no te preocupes que ya me abro una cerveza y me la tomo aquí. Hermano, ya no eres nadie.

Mi amigo Monti lleva jugando una partida todos los Jueves por la noche desde que tenía dieciocho años. Ennovió y matrimonió y aunque reconoce un gran trabajo de monta y doma por parte de su mujer no ha faltado un solo Jueves a su partidita de póker. Hace unos meses salió de casa con cuarenta de fiebre, absolutamente enfermo hasta el punto que los compas de la partida le llevaron a un hospital donde quedó ingresado por una neumonía. Pasada la recuperación volvió a su partida acojonado por la bronca de su mujer. Eres un inconsciente, llegas tardísimo, ya no tienes edad de hacer gilipolleces, cabrón malmarido y esas lindeces que sueltan las hembras enfurecidas. Me contó: la partida es el único reducto de libertad que me queda. No pienso ceder, cueste lo que cueste. Si un Jueves no salgo, nunca más lo haré. Menuda es mi Adelina.

En fin, amigos Que os sirva de algo. Pero, ¿Qué haríamos sin ellas?

miércoles, 13 de junio de 2007

NUNCA SABRE PORQUE ME PASO

Nunca sabré porqué me pasó. Solo su recuerdo me produce una profunda sensación de agobio, una intranquilidad interna que me presiona la boca del estómago, me dificulta la respiración tanto, que parezco un asmático en pleno mes de Mayo y me obliga a presionar con las manos el esternón forzándolo hacia atrás como si necesitara colocarlo unos centímetros más adentro. Me pone tenso y la ansiedad se apodera de mí con esa claustrofóbica emoción de estar encerrado en un ascensor parado durante horas mientras imaginas que se acaba el aire.

Respiro por la nariz profundamente hasta llenar el vientre que se hincha y el oxígeno va subiendo lentamente y llega a los pulmones. Allí lo aguanto hasta que necesito más y es entonces cuando lo expulso despacio, con la boca casi cerrada y la abertura mínima para que salga tan despacio como puedo.. y vuelvo a respirar. Repito la operación veinte o treinta veces más hasta que mi tensión se relaja y la presión del pecho va desapareciendo. Solo me queda un pequeño temblor de manos que mitigo con una taza de tila.

Nunca sabré el motivo. Quizás fue solo un caso de pura mala suerte, quizás mi ángel de la guarda anduviera indispuesto y se le olvidó protegerme. Lo realmente importante es que cambió mi vida. Ya nada será como antes.

Aquella imagen se repite con frecuencia en mi mente en los momentos más insospechados. El individuo portaba una arma parecida a una escopeta pero más gruesa. Acariciaba su cañón subiendo y bajando las manos protegidas por unos guantes. Miré su cara y vi un rostro que no olvidaré . Algo parecido a un sádico profesor con esa seguridad de estar haciendo un trabajo para el que está muy preparado. Me miró a la cara y me ordenó que me desnudara de cintura para bajo y me tumbara en una cama solo cubierta con una sábana de algodón tan blanca como el alma de un negrito desnutrido. Me miró fijamente y con una voz grave me aseguró que si oponía resistencia, el daño que me inflingiría sería mayor, pero que el sufrimiento era inevitable. Le supliqué. Estaba equivocado. Yo no era la persona que buscaba. Me ordenó callar indicándome que no le implicara, que él solo hacía su trabajo. Las órdenes venían de arriba.

Fueron unos segundos interminables. De repente llegó el dolor, intenso y punzante, duradero como si me taladraran las entrañas. Sentí como el aire entraba en mis carnes abiertas. No se si fue el daño físico o el terror del momento pero casi perdí el conocimiento.

Me sobrepuse en una camilla dentro de una sala blanca vacía. Estaba vestido y solo algo aturdido, pero el dolor seguía presente. Una enfermera se acercó y me tocó la frente. Me sonrió y me preguntó como me encontraba. Con esa prudencia que tan bién maneja el personal sanitario me habló de una confusión, de un gran error. Fui a hacerme un electrocardiograma y me hicieron una rectoscopia. Mi ansiedad actual no es por el dolor, que eso está olvidado, es solo por la venguenza que me da recordarlo. Colondrium grandis virgo rectum finit. Amen.

El Instigador

martes, 12 de junio de 2007

LOS HOSPITALES

La sanidad pública Española es una de las mejores del mundo. La razón principal es que atiende a todo el que lo necesita. En muchos países del mundo, solo aceptan a enfermos con la correspondiente tarjeta sanitaria. Si no la tienes, inmediatamente te informan del precio de los servicios y los tratamientos y si no dispones de dinero te envían a centros de salud de misericordia donde no pagas, pero la atención deja mucho que desear por falta de presupuesto.

En España eso no sucede. Cualquiera puede acudir a la sanidad pública y será atendido. El enfermo es lo primero. El que tengas, o no, derecho asistencial es un tema que se tratará después de haber recibido el alta.

Centros de Salud, Centros Especializados y Hospitales son la red sobre la que se teje el sistema sanitario, pero es en los hospitales donde la sanidad pública mejor demuestra su alta calidad asistencial.

Hospital viene de hospitalidad. También lugar de tratamiento y curación de enfermos. Es sinónimo de buen hospedaje. Para mí es un lugar lleno de batas. El personal sanitario la lleva verde, el subalterno la usa blanca y los enfermos la llevan…la llevan de cualquier manera menos tapando el cuerpo, que manda carajo con la bata de los pobres malitos. Es un trapo que no tiene botones y se abrocha por detrás con una cintita. Si te cubres solo con ella, por delante sienta bien, algo parecido a una chilaba moruna de cuello a pantorrillas, pero por detrás es diferente. Si te cubres solo con ella dejarás al descubierto la espalda alta, la espalda baja y y las piernas. No tapa nada. Sales al pasillo con tu botellita de suero subida a un palo y te dice un compañero de planta.

- Orencio, vaya culo blanquito que se te ha puesto en este hotel. Sube al solarium, hombre que se te pondrá morenito y te mejorará la vista.

- El ojo del culo ni lo nombres, que tengo las almorranas cabreadas, muy cabreadas.

Y es que hay enfermos que les miras y no parece que lo estén, todo el día fisgando y dando la matraca con su particular sentido del humor. Entran en tu habitación y te dicen.

- Soy el vecino de la ciento cuarenta y cuatro, raiz cuadrada doce. ¿Como está el operado esta mañana?

Y tú con cuatro sueros, mascarilla de oxígeno, y el estómago revuelto le dices.

- Como una rosa, mariconazo.
- ¿Cómo?
- Que me duele el bazo.
- Ten cuidado, que aquí se coge de todo, catarros, infecciones, neumonías, y mi compañero de cuarto ha pillado unas ladillas.
- ¿Las traería puestas, no?

- Según el, no. Pero no hay problema. Ya le he afeitado el peluquín y le he dado un esprai para matar cucarachas , que el barbero tenía un moscoso y a ver quién aguantaba un día con semejante riesgo.

Y se rasca los cataplines delante de ti.

- Anda, lárgate de aquí, guarro, asqueroso.

Y así van pasando las horas y los días mientras sueñas con que te den el alta.

Las enfermeras y auxiliares son el ángel de la guarda del paciente, siempre con unas palabras de aliento y una sonrisa en la boca.

- Como está hoy, Orencio.
- Agua.
- Orencio, que no puede beber, que acaba de salir de la UCI y tiene una raja de dos palmos en el estómago.
- Tengo Sed..
- Pues saliva, hombre, saliva.

Y tú piensas, si pudiera salivar ya notarías frescor en un ojo, tirana. ¿Qué mal me puede hacer un poquito de agua?

La cama es fundamental para el bienestar del enfermo. Está estudiada ergonómicamente para su confort y se mueve con un mando que nunca debería estar en poder de los familiares y las visitas.

Te encuentras cómodo, con el cuerpo estiradito y con esa cara de sádico que se te pone cuando escuchas a jimenezlosantos y llega tu mujer y te dice.

- Te voy a subir un poco la cabeza, que te pasas todo el día adormilado.
- Estoy bien así, maricruz.
- Nada, nada, te voy a incorporar un poco que luego no duermes y me das unas noches...Y voy a levantarte las piernas antes de irme a comer, que no quiero que se te hinchen de estar ahí.. tumbadazo.

No hay nada que hacer. Te deja hecho una V, se te concentra la sangre en el culo y se te ponen las hemorroides como morcillas de La Marciana. Y tu piensas, me voy a ciscar en tus muertos. No, mejor otra cosa que no sea cagar que solo de pensarlo me acojono.

En la vida normal, antes de tomar una medicina siempre se lee el prospecto, fundamentalmente donde dice contraindicaciones. Nefritis, colitis, gastritis, en ocasiones sube los niveles de fenilfedrato, en algunos casos, aumento de la líbido, BIEN, Tómese con precaución en pacientes con Hipercolesterolemia, YO, niveles elevados de ácido úrico, YO, propensión a los gases y malas digestiones, YO TAMBIEN , y te tomas la pastilla a co jo na di to. En los hospitales no. Te dan un vaso con diez o doce pastillas de todos los colores y te dicen.

Orencio, la medicación. Tómatelas todas, despacito, no te atragantes.

- Agua.
- Que no puedes tomar agua. Trágalas despacio, sin prisa.
- Las pequeñas, puede, pero es que hay dos del tamaño de un judión de la Granja.
- Trágatelas, ¡valiente!

Así pasa, que sales del hospital y con un buchito de zumo te puedes tragar sin esfuerzo las albóndigas de tu suegra, gordas y secas como un huevo de buitre.

Pero lo que un enfermo espera con ansiedad es la visita de los médicos. La ansiada anunciación del mañana te vas a casa, del se acabaron las visitas que no visitan, sino alborotan, de la pescadilla sin sal, de la familia que te trae bombones que se reparten, glotones ellos, sabiendo que no los puedes comer y que te regalan libros de autoayuda como, PODER MENTAL. TECNICAS DE AUTOCURACION, que si antes hubieras seguido los consejos del manual, en vez de estar una semana en la UCI con una enfermera a tu lado habrías estado en coma, acompañado por el cura del hospital, listo para darte los Santos Óleos. Por supuesto, todavía queda una larga estancia. Llegan los galenos, miran un cuadernito, te preguntan como estás, respondes, MAL, llama a la enfermera y le dice. Quita el fluorado y deja el salino. La expronixina la pasas de cuatro a dos y la refibrina la aumentas 10 miligramos. Todo en un minuto. Sale la procesión de la habitación y te quedas pensando. O son semidioses que todo lo ven en segundos o no me hacen puto caso y al final llegas a la conclusión. Son gente muy preparada, si no han estado más tiempo es porque me encuentran bien, es una buena noticia, o no. Nunca se sabe.

jueves, 31 de mayo de 2007

EL GARITO AL QUE VOY

El bar Wiomin es como su nombre indica mitad español y mitad americano. Un día le pregunté a Senén, el dueño, como había elegido un título tan lejano en la distancia. - Leí una novela de Marcial Lafuente Estefanía, me gustó y cuando cogí el traspaso, se lo puse. Antes se llamaba El Estudiante pero como los que vienen están casi todos jubilados, el nombre me parecía de chiste y lo cambié. Un nombre bonito de la pradera americana, toda llena de indios. - Vale Senén, ponme una sin. Si le dejo continuar me cuenta el asalto a un fuerte o un atraco a una diligencia.

El Wiomin no se parece al ambigú del Palace. Se asemeja más bien a un bar viejo de pueblo con estanterías catetas, carteles grasientos, varias fotos del dueño con famosos desconocidos, una máquina tragaperras que solo admite monedas de uno y dos euros, pero te paga los premios de veinte en veinte céntimos, una cocina virtual, porque nadie la ha visto nunca abierta y un baño minúsculo con la taza en diagonal porque no cabía de otra manera y donde el deporte más arriesgado es sentarse, no por la falta de higiene, que también, sino porque la postura que hay que adoptar puede ser motivo, al intentar levantarse, de graves lesiones de tan angosto y malparido que es el retrete.

La media de edad de los habituales es de 70 años, por lo general mal llevados lo que provoca frecuentes bajas temporales y algunas definitivas, como es el caso de Paco el Paleta, recientemente fallecido de un fallo multiorgánico que se lo llevó a la tumba en 48 horas. Nos sorprendió a todos la noticia, no por el óbito en sí, que eso estaba cantado desde hace años, sino por el motivo de la muerte. Todos pensábamos que por el aspecto de su cara solo le funcionaban dos órganos: La cabeza, lo justito para jugar al tute y el corazón para distribuir los 4 litros de vino que se metía todos los días. Decía Felipe el Platero. Joder.. fallo multiorgánico, eso es imposible que yo le he visto la chorra muchas veces y os aseguro que solo tenía un órgano, no múltiples. Venga Felipe tomate un chispazo y no jodas que está todavía de cuerpo presente. De cuerpo si, pero de mente seguirá tan ausente como siempre, si le tiene que durar la borrachera. En fin, no somos nadie y menos en el Wiomin.

No es precisamente un lugar demasiado limpio, solo lo justo para que no se lo cierre la inspección de sanidad y eso porque mandan a un inspector que perdió el olfato en un accidente. Teodora, la mujer de Senén es la encargada de la limpieza. Mujer ceñuda y de aspecto cerúleo, boca grande y bigote poblado. Hace la vida imposible a su marido como si fuera una profesional de la mala leche. Le regaña en público constantemente, se cisca en sus muertos, le urga la caja y se apodera del bote. También bufa, buf, buf, buf, como si resoplara. Los del bar la llamamos la bruja bufadora con su escoba siempre por renovar y la bayeta verdeoscurocasimugre que sujeta en sus manos de vieja zorra.

Pienso que es por ello que Senén no cierra nunca el bar, ni vacaciones ni fines de semana, ni fiestas de su pueblo. Cuando ella se va para no volver hasta el día siguiente puede respirar tranquilo, tomarse unos vasos de vino y mirar con la engañosa lujuria del que tiene el langostino caducado, a la chica del As.

La parentela del Wiomin se compone de personas de una categoría humana del tipo clase C. Casi todos honestos jubilados, no porque sean de naturaleza honrada, sino porque no encuentran las fuerzas o los medios necesarios para delinquir sin que los pillen. Todos menos uno, estafador confeso y convicto, en sus tiempos gran falsificador y mejor carterista al que el Parkinson le ha dejado un tembleque que le imposibilita jugar a las cartas sin que las desparrame por el tapete y que utiliza pajita propia que trae de casa y con la intenta atinar en el vaso para beber el vino que sorbe con un ruido parecido al de un lavabo casi atascado. Y es que en el wiomin no hay pajitas para que beban los niños su fantita de naranja, porque nunca entran niños.

Hay muchos personajes interesantes en el Wiomin. En otro momento os contaré algo del ya mencionado Felipe el platero, de D. Florencio Reales, el único parroquiano al que se llama de Vd, de Raimundo Pita Velarde Gómez de nosequeleches y algún otro. Gente de andar por casa que tocan los cojones en el bar porque si los tocan en casa les echan..de casa.

martes, 22 de mayo de 2007

NUEVA GASTRONOMIA

Estaba leyendo un artículo sobre lo último en gastronomía y llegué a la conclusión de que todas las novedades y nuevas técnicas de cocina son variaciones sobre lo que siempre ha existido.

Los nuevos cocineros luchan por ser los más originales, sus platos los más sofisticados y los precios más desorbitados. En cuanto a los productos, no perteneces a la élite si no incluyes en tu carta algas, gelatinas, especias innombrables, pescados desconocidos, carnes exóticas como avestruz, canguro, búfalo y cocodrilo, que digo yo que ese bicho tan feo y tan cabrón no puede estar bueno. Y no eres nadie si no usas habitualmente cebollino y agar agar, un alga gelificante con nombre duplicado como Badem Badem, lugar de vacaciones, Martín Martín, para pagos al contado o Jamón Jamón donde Pe enseñó teta la primera vez y en la época en que estaba gastronómicamente hablando apetitosa apetitosa.

Odio el cebollino. Veo a diario canal cocina. Conozco a todos los cocineros y me entusiasman alguno de sus platos, pero me niego a cocinarlos porque todos, y digo todos, utilizan el maldito cebollino, Sibulet para los más gilipuertas. Es un hierbajo que no se utiliza para dar sabor al plato, es únicamente para decorar. Decía un cocinero últimamente: y finalizamos nuestra sopa de nabos y habichuelas de santuchu con menudillos de azulón y aroma de jengibre con un poco de cebollino picado en brunuá. La leche tu.

Sin duda, lo más sorprendente de la nueva gastronomía son los aparatos para preparar alimentos. Las cocinas no son como la que tenemos en casa, con su fuego y sus cacuelas. Las cocinas son ahora laboratorios donde se usan nitrógeno líquido, sifones isi, sopletes de gas, termómetros de distancia, pesos al miligramo y los cuentagotas. Se acabó el puñao de garbanzos por persona, o la pizca de sal. Ahora son veinte gramos y medio de harina por decilitro de agua o doce gotas de aceite de albahaca por cada plato de pasta. Las cocciones del bacalao no pueden superar los 75 grados ni los 4 minutos, y lo más excitante, los bivalvos no necesitan agua para abrirse. Se abren en su propio jugo, como a mí me gusta, si señor. Que estuve a punto a ahogarme una vez por intentar abrir y comer un bivalvo rubio donde casi no hacía pie.

Pero lo realmente bueno, y es donde se demuestra la calidad de un cocinero creativo es en las técnicas para conseguir platos sorprendentes o al menos, nombres sorprendentes. Me refiero a las esferificaciones, las deconstrucciones, las espumas y los aromas. Las espumas son aire con el color y el sabor de un alimento, pero son tan livianas y efímeras que dan poco de si. Es como si soplas con una pajita en un vaso de colacao y la espumilla que se forma arriba, la coges y la pones encima de un plato. Sabe y huele a colacao, pero al minuto desaparece. Los aromas son olores como el que inventó un ilustre cocinero patrio, que consistía en un plato de carne guisada que se comía mientras un camarero encendía un puro habano para poder degustar el guiso y el aroma del cigarro. Tuvo poco éxito, pero consiguió que hablaran de ello. Las esferificación es la técnica de crear bolitas sólidas a partir de un material líquido, como el aceite, la nata o cualquier otro. Y digo yo, que eso está inventado hace tiempo porque si un guarrete se saca de la nariz un semilíquido, lo redondea convenientemente y cuando tiene la textura adecuada,… es eso una esferificación o no? Lo que haga con el producto después no es de mi incumbencia. La deconstrucción es totalmente diferente. El gran Ferrán Adria hizo un plato al que llamó deconstrucción de tortilla de patata. Consistía en freir patata con cebolla, ponerlo en el fondo de una copa y echar yema de huevo por encima. A mi, como no me gusta el huevo crudo lo hago diferente. Mezclo los huevos y la patata frita, lo echo en una sartén y cuando está cuajadito pongo un plato para darlo la vuelta. Una vez fallada la operación, recojo el caos con la espumadera y lo pongo en un bol donde me lo como perfectamente deconstruido. Total 2 euros y no los 50 que cobra el del Bulli.

Ahora unos consejos imprescindibles para comer o cenar fuera de casa.

Si tenéis hambre y os decidís por comer carne, cuando el camarero os pregunte como os gusta la carne, responder: Grande, y luego poco hecha, al punto. Etc.

Si el nombre del plato es largo y ostentoso, como boletus caramelizados en aroma de reducción de pedro ximenez y chips de verduras crudité, indicar claramente al camarero que vuestra intención es comer un plato de hongos, que el resto va de añadido. Es frecuente encontrar un montón de verduras y cuatro hongos. Un amigo pidió en un restaurante chic de manteles de hilo y cubiertos de alpaca unos langostinos de sanlucar. La vajilla estaba en perfecta armonía visual con el ambiente, pero llegó el plato y solo tenía 4 langostinos. Cuando terminó de comer, le preguntó el metre que le había parecido y respondió: la muestra muy buena, ahora traiga los langostinos. Al ver que 4 era la cantidad total y que el plato en cuestión costaba 60 euros le conminó al buen señor a que le trajera el certificado de nacimiento de los langostinos. Si no son del mismo sanlucar le denuncio. Solo consiguió que le pusieran una ración doble de brazo de gitano que pidió de postre advirtiéndole que si fuera pequeña invitaría a un gitano de verdad con sombrero y roña a comer y cenar en su restaurante durante una semana.

Disfrutad de la gastronomía. Yo de momento prefiero la antigua, o la moderna, pero nunca la nueva.

El Instigador

miércoles, 16 de mayo de 2007

AGRADECIMIENTOS

A ti, mi muleta imprescindible
que me ayudas a vivir
la nueva vida del renacer tardío.
A ti te amo.

A ellos, que sin ellos
mi caminar hubiera sido más lento,
más torpe, más cansino.

A los héroes, comunión de sabios
que hilvanan puntadas eternas
en tu cuerpo y tu alma
ya vencidos.

A los desconocidos
especialmente a ellos.
Actores de un teatro no querido
que entregan vida en su angustia atroz,
recién sabida.

Y a muchos, todos ellos
que preguntan y sonríen.

Gracias, muchas gracias.

lunes, 14 de mayo de 2007

Los Despistados

La mayoría de los despistados somos gente normal con la cabeza en otro sitio. Utilizamos el cerebro para pensar pero vamos por la vida con el coco lleno de ideas que nos impiden centrarnos en hacer las cosas correctamente. Es la falta de concentración en lo concreto la que nos hace olvidarnos de las cosas, equivocarnos de sitio o desorientarnos, extraviar objetos y en definitiva, como habitualmente nos llaman nuestros allegados, ser un desastre. ¡ Eres un desastre. No se te puede mandar hacer nada ¡


Nosotros, que no somos conscientes de nuestros despistes hasta que nos damos cuenta de que, de nuevo, hemos fallado, atribuimos nuestra debilidad mental a falta de memoria, a la necesidad de fósforo para el cerebro y a cualquier motivo físico que nos exima frente a nuestros continuos fallos. Para el resto de la gente es únicamente una cuestión de no priorizar las cosas en su justa medida. Por ejemplo, no se puede salir de casa sin revisarse los bolsillos para asegurar que tienes las llaves; si vas a comprar el pan y el periódico, ir primero a la panadería y al kiosco en vez de entrar en una farmacia a comprar pastillas para los gases, o si vas al médico a por unas recetas, confirmar al salir de la consulta que nos las has dejado en la silla vacía contigua a la tuya.

Paso a relataros algunos de los despistes más preocupantes, por las consecuencias que hubieran podido tener, que me han sucedido desde que recuerdo.

En un viaje a Marruecos, visité una mezquita. Después del obligatorio descalzamiento y de disfrutar de un recinto con nula ventilación, poca luz y gran afluencia de personal islámico barbudo y a retambufa, quedé mirando sus arcos y sus colores y me pareció artísticamente muy interesante. Terminamos la visita y como no confiaba en la gastronomía local había llevado mis viandas propias para alimentarme hasta la cena. Llegó la hora del almuerzo y no encontré mi bolsa. La había dejado olvidada en la mezquita. Mi primera intención fue ir a recuperarla, ya que estaba cerca, pero enseguida cambié de opinión y me decidí a ir muy deprisa al sitio más alejado del templo. Mi almuerzo era un bocadillo de jamón ibérico y una coca cola. Si alguno de los bereberes lo hubiera abierto estaría en un estado de síncope al haber profanado su santo lugar con mi bocata de jalufo prohibido e infiel. Y eso me pasa por tener una mujer de Salamanca, que siempre que viajamos se empeña en que no falte jamón de Guijuelo en nuestros desplazamientos.

La falsa confianza es otro de los motivos del despiste. Tu confías en tus posibilidades, pero las posibilidades no confían en ti. Recuerdo que tuve que ir a una clínica a que me hicieran una prueba. En un macrohospital como los que hay en Madrid, las indicaciones son siempre confusas.

- ¿Me puede Vd. Decir dónde hacen las ecodopler?
- Su santa madre. ¿Y eso lo hacen en los hospitales? Por el nombre bien podría ser que vd. necesita un acople. Vaya a un puticlú, buen hombre que se lo hacen en un momento.

Después de recorrer la planta, fui a un punto de información donde me indicaron que siguiera una línea amarilla y me parara en una sala de espera con un cartel que rezaba "Diagnóstico por Imagen".

Tú buscas en el suelo la raya amarilla sin obtener resultado, hasta que después de varios minutos, alzas la vista y la ves en la pared. Línea amarilla, otra azul, otra roja y otra verde, todas en la misma dirección. Comienzas a andar recordando, diagnóstico por imagen, diagnóstico por imagen, diag… Pasillo, giro a la derecha, pasillo, giro a la izquierda, la roja ya no está, caminas, diagnóstico por..

Perdone, me para un abuelete,

- ¿Sabría decirme donde hay un lavabo?, que llevo diez minutos buscando y me lo voy a hacer.
- Pues si le tengo que indicar yo, se lo hace seguro. Disculpe pero no soy de la casa. Cuando vea a alguien con bata, pregunte.

Y seguí mi camino recordando, y escuche un cuesco a lo lejos. El abuelo no ha llegado. seguí, distribución de imagen, no, disminución por imagen, no me suena, y olvidé por completo el nombre. Seguí andando, pero la línea no era para mi cerebro la primera prioridad, era el maldito nombre que no podía recordar. Me di cuenta de que algo iba mal cuando llegué a la lavandería. Me recomendaron desandar doscientos metros y media hora después encontré el lugar de la prueba. Tras leer el informe médico pensé que hubiera sido mejor idea realizar un acople aunque fuera con sarita montiel.

Todo el mundo hablaba de lo mismo. Aquella escultural rubia, como se llamada.. , si aquella de la película Nueve semanas y media. Que si magnífica, que si buenísima, la actriz claro. Total que la tenía que ver. Vi a lo lejos un cartel que la anunciaba y no lo dudé. Entré y salí escopetado a los dos minutos. Ví en ese corto lapso de tiempo más carne y más fluidos que en la serie de Grison en tres temporadas. Era evidente que me había equivocado. Al salir y ver el cartel me quedé de piedra. La película era Nueve ninfómanas y media, que digo yo quién habría engañado a la minuscula "media" para hacer esas escenas. El cine era, por supuesto una sala X.

Intentar abrir el coche hasta dejar la llave rota dentro de la cerradura para a continuación darte cuenta de que no es tu coche, echar una carta con destino a tu padre con un décimo de lotería de navidad y al llegar a casa notar que conservas el décimo pero echas en falta un billete de cien euros y calzarte unos vaqueros pensando que has engordado mucho cuando los pantalones que te estás poniendo son de tu mujer, son esas cosas que nos suceden a los despistados. Pero no todo el mundo que distrae, falla, olvida o yerra pertenece al exclusivo club de los despistados.

Parece que la tan famosa Pantoja ha pisado el calabozo, acusada de no justificar un millón doscientos mil euros. Doscientos milloncejos de las de antes. El tema está claro. A una mujer acostumbrada a manejar cantidades ingentes de dinero, doscientos kilitos se le escapan de las manos. Si esta mujer cobra por concierto, pongamos cincuenta mil euros, en 24 bolos se hace con la cantidad no justificada y a una folclórica tan querida, con tanto trabajo. 24 conciertos no son nada. No os extrañe que se le olvide. Ahora que se le ha advertido del error, ruego a las autoridades que se lo perdonen, coño, que no tiene mala intención, y que si por esas fechas no daba tantos conciertos y el dinero es de procedencia dudosa, que no duden, que será de procedencia honesta, o no. No lo se, pero pelillos a la mar, que tiene que pagar las putas de su chico y tropecientos chalés.

Un futbolista que gana un huebillón de euros, que puede dar pataditas a una pelota cientos de veces sin que toque el suelo, que se la coloca en la nuca, que la pega con los hombros va y falla un penalti. No cuando el portero lo para, que eso es un acierto del de los guantes sino cuando lo envía dos metros por encima de la portería. Dicen que un error lo comete cualquiera, que el fútbol es así, que el estrés de la competición. Jopé, es que una portería vista desde el punto de libre directo es muy grande y ese señor es un profesional. Si un cirujano opera un estómago y mete el bisturí 20 centímetros por debajo, le organiza una escabechina al enfermo de tres cojones,nunca mejor dicho, y nadie dice que la cirugía es así, que errar es humano, y que es comprensible que estuviera nervioso porque a su hijo le hubieran suspendido sociales. Si los jugadores tuvieran una sanción económica grave por cada penalti fallado seguro que se lo pensarían dos veces antes de mandar el balón a la grada.

Hace poco a un ilustre juez de cuyo nombre no puedo acordarme, dejó sin firmar un papel necesario para que un delincuente muy peligroso siguiera en prisión hasta el día del juicio. Me refiero al día del juicio del delincuente, no al día del juicio final que es lo que debería estar semejante personaje en prisión. Ha sido un olvido. Pido perdón a la ciudadanía, pero tengo tantas cosas en la cabeza que se me pasó. La repera. Es algo parecido a lo que sucedería en el caso de que un patrón cerrara una nave congeladora el Viernes y al volver el Lunes se percatara que había dejado dentro a tres currantes. Vaya fallo que he tenido. No se preocupen que corro con los gastos del sepelio, pero no los incineren que eso me costaría un huevo, hasta que se descongelen y prendan....

Y de política no hablo que estamos en campaña, pero lean y miren, que entre lo de Marbella, Ibiza, fondos reservados, forum y afinsa, financiación de partidos, terrorismo de estado, la fiscalía general, la abogacía del estado, los batasunos, lo de Irak y que mi banco me sigue cobrando comisiones por todo, vamos por buen camino. Todos son errores de planteamiento, fallos garrafales, olvidos imperdonable, pero a la ciudadanía nos lo presentan como algo inevitable, necesario, bueno para nosotros aunque no lo entendamos de momento y demás patrañas. Así está el personal, harto de todos los mandamases mundiales que no hacen otra cosa que complicarnos la existencia. Con lo fácil que es cambiar las cosas a mejor. Mejora de la educación, motivo principal. A por ello. Cueste lo que cueste. Temas accesorios, si hay presupuesto, adelante, pero si no, todo puede esperar.

Ya lo dice el tango. Siglo XXI cambalache, problemático y febril, que el que no roba no mama y el que no afana es un gil. Puede que no sea exacto del original, pero ya se sabe que los despistados tenemos mala memoria. O no tan mala. Sinceramente no lo se.

El instigador.

sábado, 5 de mayo de 2007

EL BEMEUVE

El deseo de poseer algo es, con frecuencia, tan fuerte que nos deja indefensos ante lo que sería para nosotros conveniente o inconveniente. Cuando alguien desea algo de verdad, casi nunca se para a pensar en los pros y los contras que entrañan la decisión de la adquisión del objeto deseado. Son muchas las personas que no dudan en comprar bienes sin haber tenido en cuenta las consecuencias directas de ese acto.

Mi amigo Rigoberto es una persona de mediana edad, soltero de vocación, con un trabajo estable bien remunerado. Su descripción perfecta es la de un vividor. Le atrae todo lo que suene a juerga. Mus, poquer, copas, cenas, y algunos hábitos más.

Hace unos meses, miró al escaparate de una tienda de automóviles de importación y se quedó prendado de uno que estaba en la exposición. Entró y sintió el flechazo. Fue verlo y desearlo. Un BEMEUVE precioso, brillante, bonito, asientos de cuero, faros de xenon, más de doscientos caballos, deportivo, diésel. Pensó: ¡Coño un deportivo diesel no pega! Qué más da aunque vaya con queroseno, Automático. ¡Coño un deportivo automático tampoco pega! Da igual, lo quiero. Estaba extasiado cuando llegó el dependiente.

- ¿Le puedo ayudar en algo?
- Me gusta, lo quiero para mi. Deme el costo.
- ¿El costo? No le entiendo, señor. Si es Vd. policía me puede registrar pero yo no tomo drogas.
- Que me diga lo que cuesta este coche.
- Señor, a un automóvil de esta categoría no se le puede llamar coche. Es full equip, 236 caballos, 2 turbocompresores, 8 cilindros, 32 válvulas, se pone a doscientos en doce segundos, kilómetro cero un poco amplio. Solo tiene cuarenta y seis mil kilómetros, ¡pero reales.. eh! . También techo eléctrico convertible..
- ¿Techo qué?
- El techo tiene una ventnilla corrediza automática..
- Ah. Yo le llamo sacacuernos, jeje. No siga. ¿Cuánto vale?
- Al tran tran cuarenta y seis mil euros, si lo financiamos le podría salir una cuota de..

Le corté en seco.

- No lo venda, por su padre, que está adjudicado.

Cogió un taxi y fue al banco. Le espetó a una señorita sentada en una mesa.

- Quiero ver a Amancio, el director, a la carrera.
- Si, un momento. ¿Es Vd. el señor?
- Ripuerto. Rigoberto Ripuerto, pero D. Amancio me conoce por Virolo, por una viruela que cogí siendo niño.
- Enseguida le aviso, señor Virolo.
- Señorita, para Vd. D. Rigoberto o Sr. Ripuerto. Lo de Virolo solo se lo permito a los íntimos.

La bancaria, algo confusa por las prisas del cliente y el aluvión de nombres poco comunes le dijo.

- No se procupe señor.. Virtuerto.
- Lo que me faltaba. La cara picada, la tripa, la calva y además me llamas tuerto. Anda tira y avisa a al director que tengo mucha prisa. ¡Y aclárate guapa!

- Hola, Amancio. Me tienes que financiar un automóvil que cuesta cuarentaypico mil euros. Dame plazo y cuotas mensuales.
- Oye Virolo, no es por desanimarte pero vas justito con la hipoteca. La couta aproximada a ocho años es de unos ochocientos euros.
- Bueno. Ya sabes que tengo mis vicios. Fumar, beber, cenas fuera, alguna compañía de pago..
- He visto tus recibos de la Visa y tu no pagas a compañías de pago. Tu pagas a toda la compañía.
- Pues quita eso y las copas y me da de sobra para el auto. Es un BEMEUVE cojonudo.
- Pero, tu que el viaje más largo que haces es a Toroncillo a ver a tu madre, y eso está a cuarente kilómetros, ¿te vas a gastar más de cuarenta mil euros en un coche?
- Che, Che, que no es un coche, es un automóvil. Coche es es la mierda de renault que tienes tu y me va a salir rentable porque lo de las chatis me lo voy a ahorrar porque voy a ligar lo que quiera.
- ¿Pero te has mirado al espejo? Mira, te firmo la operación, pero la primera cuota impagada te embargo el coche, y si hubiera más me lanzo a por el piso.
- Eres estupendo, Amancio.

Y le dió un beso en la mejilla.

Recogió el dinero y corrió hasta la tienda de coches. preguntó por el dueño y le mostró el fajo de los billetes.

- Cuarenta y seis mil a traca traca.
- Excelente caballero. Pase a la oficina para hacer los papeles de la transferencia. Por cierto, como desea el seguro?
- Vd. dirá.
- Yo le recomiendo un todo riesgo que incluya robo, incendio, lunas, en fin..un todo riesgo completo.
- Si, como lo tengo en el otro coche. Eso saldrá por unos seiscientos euros, más o menos.
- La cantidad es algo superior. El pago mínimo anual es de mil ochocientos cincuenta.
- La madre que me parió. Si pago esto me voy a tener que quitar hasta de las juanolas.
- Le recomiendo que lo tenga bien asegurado, al menos los dos primeros años. Es un coche muy goloso.
- ¿No habíamos quedado en que no era un coche, que era un automóvil?
- Disculpe señor. Claro que es una automóvil. un automóvil de lujo para un cliente exigente como Vd.
- Que sea lo que Dios quiera.

Nada más estrenarlo se dió cuenta de que todo el mágnifico panel de mandos estaba escrito en Alemán. Miró y repitió. Frugun, Gronig, Hersthaugen, Volkaisen, sittenksld. Aquello parecía un jeroglífico. Abrió la guantera, buscó el libro de instrucciones y comprobó que estaba escrito en Alemán, Inglés, Francés, Portugués, Danés, Polaco, Ruso, Chino Mandarín, Hindi, y Serbio-Montenegrino.

- ¿Y a los Españoles, que nos den por culo, no?

Poco a poco se acostumbró a su manejo, no sin antes poner la calefacción en Verano, Abrasarse con los asientos calefactados en un viaje a Almería en el mes de Agosto, soportar la musical letanía de una señorita que le indicaba cosas ininteligibles, y que el gepeese no supiera donde estaba la Gran Vía Madrileña porque toda la cartografía era únicamente para Alemania.

Cien euros cada vez que llenaba el enorme depósito de noventa litros de capacidad. Setecientos cincuenta euros las revisiones cada cinco mil kilómetros. Otros trecientos euros de garaje y además no ligaba nada. No se puede tener un coche fantástico y una cuenta corriente insolvente.

- ¡La desgracia que me ha caído con el coche!.

Volvió a la tienda. Habían pasado seis meses desde la compra y les propuso que se lo recompraran. Le ofrecieron justo la mitad. Tenga en cuenta que ya son 3 propietarios, que los coches se deprecian rápidamente, y si lo quiere vender dese prisa que en Enero no le pagarán más de dieciseis mil.

Cogió el dinero. Amancio le hizo un apaño de la deuda restante, ampliando la hipoteca y Rigoberto volvió a su vida normal. Feliz y contento con sus juergas, sus chicas y su Opel Corsa de toda la vida.

Los amores a primera vista noquean nuestro cerebro, por eso recomiendo un examen, al menos somero, para averiguar si nos favorecen o nos perjudican. O puede que no. En cuestión de pasiones el cerebro siempre queda anulado en favor del corazón.


El instigador

Pd. Instigador, denostada palabra en la actualidad, es aquel que incita a los demás a realizar una cosa, buena o mala. Habitualmente se utiliza para describir a personas que animan a otros a realizar determinadas acciones que tienen como resultado la comisión de un delito o de una acción criticable. En mi caso, solo pretendo instigaros a ver las cosas de una manera sencilla, utilizando algo de sentido común y una pizca de humor.

martes, 1 de mayo de 2007

Vericuetos

Los vericuetos por los que transitamos desde el nacimiento hasta nuestro fin son los que conforman nuestro bienestar y malestar. Esa afirmación surge de la imposibilidad de controlar las dificultades que nos surjen a lo largo de la vida. La diferencia entre camino y vericueto radica en que el camino es un lugar transitable y un vericuetos es otro camino por donde se transita con dificultad.

El comportamiento, la inteligencia, la disposición ambiental y genética, la vida en pareja y también el azar, van conformando una senda por la que tenemos que andar durante toda la vida, unos con más dificultad, otros con menos, pero seguro que a todos nos toca sortear un sinfin de hoyos, de pedruscos, zarzas y también tramos llanos, de suave hierba y de un agradable caminar.

Es seguro que una buena disposición frente a la vida, sabiendo y aceptando que habrá de todo, mejora las condiciones de adaptación a un entorno hostil, pero siempre hay alguien que por los motivos que sean nacen en inferioridad, y para ellos el presente y el futuro siempre estarán condicionados por su pasado. Cuenta la parábola, que Diós reparte talentos, a algunos más y a otros menos, y según sea el número obtenido se te pedirán cuentas al final de tus días.

Conozco a muchas personas que han nacido con un solo talento, que carecen de educación y que han vivido una infancia mísera. Que han luchado desde niños para comer y a los que agradezco la lección que me dan cuando hablan conmigo. Gente honesta que sigue luchando, trabajando en las labores más duras, algunos sin papeles ni reconocimiento laboral y social. Sin embargo agradecen la conversación, esperan encontrar comprensión en tu mirada y si se sienten arropados, son fieles como perros para toda la vida.

También conozco gente que hacido con muchos talentos. Comodidades, lujos, los mejores colegios, universidades extranjeras y masters de renombre. Tienen una gran posición social y se dedican por entero a su trabajo y a su familia. Por desgracia, ellos tanbién tienen sus propios vericuetos aunque tengan resuelto lo más importante.

Armando empezó a trabajar a los trece años. En la actualidad tiene sesenta y seis y lleva jubilado dieciocho. Se produjo un incendio en el taller donde trabajada de linotipista y acudió a apagarlo. Se produjo una explosión y el resultado fueron quemaduras por todo el cuerpo, cinco meses en el hospital y una invalidez total que le reporta quinientos Euros al mes. Su risa es famosa en el barrio. Saca la basura de diferentes portales los fines de semana, según él para no aburrirse, aunque los que le conocemos sabemos que necesita el poco dinero extra que consigue. Aun así su humor es envidiable y es una persona generosa y de una vitalidad poco común. Yo me quemé porque quise, dice. Estaba harto de trabajar y cuando vi el fuego me dije: Armando, arrímate que con esto te jubilas. Dicho y hecho. Cinco meses en un hotel y desde los cuarentaytantos sin dar palo. Y se descojona el tio. No cuenta nada de su cuerpo abrasado, la pérdida de la visión en un ojo, pérdida de la oreja derecha y ahora sufre un problema cardíaco y una diabetes que controla mal por su afición a los dulces y al Chinchón de la Alcoholera. Las pocas veces que consigues hablar con él, en tono serio, dice. Yo cumplo con la medicina, me tomo todo lo que me recetan, pero sigo a mi aire. Si me muero, se acabó, pero con todo lo que he pasado no puedo vivir amargado y amargando a los mios.

Y sigue recorriendo sus vericuetos con una enorme cara de felicidad.

Con Yusuf intecambio relojes. Es un marroquí con una cojera especial. Se cayó de un andamio en una obra donde le contrataron sin más y le dejaron a las puertas de un hospital privado cuando se accidentó. No quiere hablar de ello, pero por el resultado, no parece que le hicieran un buen trabajo. Se gana la vida vendiendo relojes, perfumes, gafas.. de imitación de marcas de lujo. La mercancía que lleva es mala de solemnidad. Rara es la cosa que venda que no tenga defectos, pero los oculta con una habilidad pasmosa y de vez en cuando la gente le compra. Como siempre está por los bares del barrio, le echas la bronca. Yusuf, el reloj del otro día no funciona. Tu traes, yo cambio. Lo malo del asunto es que sabes que el nuevo, será igual de malo que el otro. Yusuf no vende mucho. Hay veces que le puede tanto el hambre que te quiere vender mercancía por el precio de un plato de comida. Mira gafas. Buenas, buenas, Ranban, tengo armoni y para tu mujer muy bonitas de Herrera. ¿El locutor? No hombre de Carolin Herrera, hombre.¿No conoces a Carolin Herrera?

Hace unos días, realice el cuarto intercambio de un reloj. Escogí el más feo que llevaba porque seguro que era el que menos cambios de dueño habría tenido.

- Yusuf, parece que funciona. Con esto quedamos en paz.
- Pila buena, pila reciente. Funcionar mucho tiempo. Tener que vender algo porque tengo que comer.
- Mira no me vas a vender más, pero si quieres algo, pídelo y te invito.
- Amigo, un café que tengo frio.
- Vale. ¿Quieres comer?
- Pues Claroo. Quiero un bocadillo de macarrones.
- Yusuf, piensa. Será un plato de macarrones?
- No, un bocadillo.
Dice la camarera que está esperando.
- No tengo macarrones, lo siento.
- Qué si, que te lo pedí el otro día.
- Me pediste calamares.
- Eso es, calamares, coñio, si no me gustan los macarrones porque les echais cerdo.

Se partió el bocadillo, se tomó la mitad en dos bocados. Envolvió el resto en una servilleta y lo metió en la bolsa junto con las ranban y las armoni y salió del bar con su cojera, dándome las gracias por haberle dado de comer un mísero bocadillo.

La mirada avispada, el trato correcto, no huir de sus clientes que le cambian la mercancía defectuosa, su sonrisa melancólica y sobre todo su lealtad hacen de Yusuf una persona querida entre sus pardillos clientes que sabemos que, cuando le compramos es porque tiene que sobrevivir.

Por el contrario, Angel tiene todo lo que un hombre pueda desear. Nació rico y lo sigue siendo. Después de una exitosa carrera de económicas hizo un master en EEUU. Con las influencias de su familia y su brillante curriculum entró a formar parte de la plantilla de una prestigiosa multinacional alemana. Ahora dirige los negocios familiares con éxito arrollador. Viaja constantemente abriendo nuevos mercados y espera que su empresa cotice en bolsa el próximo año.

Me encuentro con él en un bar donde se toma un café magnífico y donde leemos el periódico mientras saboreamos una taza. Un día, no me apetecía leer y puse el diario doblado a mi lado izquierdo, cerca de donde estaba él.

- Te importa que le eche un vistazo?
- No, claro que no.

Empezamos a hablar y poco a poco cogimos confianza. Me habló con pasión de su trabajo, de las dificultades que encontraba para mejorar sus empresas y de las satisfacciones que ello le provocaba. También me habló del precio que había pagado por llevar esa vida.

- Me casé joven y enamorado. Tuve 2 hijas y en el momento en que mi mujer me avisó de que perdía el tren del amor, cogí un avión y me fui a Singapur a un congreso. Yo pensaba que la familia estaba bien si tenía una posición cómoda. Buen casa, mucho servicio, los mejores colegios, tarjetas sin límites. Aquello que una mujer desea, pero yo no estaba compartiéndolo con ellas. Me perdí la infancia de mis hijas y la confianza de mi mujer. Ahora, cuando no tiene solución, pretendo recuperar todo lo perdido y el dinero no compra el amor. A la hora de la sepación, los abogados enredaron el asunto de tal manera, que surgió el odio y por tanto el sufrimiento de mis hijas. Las veo un fin de semana cada quince días y solo te puedo decir que me siento desgraciado.

- Ahora me acuesto pensando en el trabajo del día siguiente y del fin de semana que me toca estar con mis chicas.

Angel encontró un camino llano y cuando pensó que todo era sendero, se encontró con un vericueto que no puedo sortear.

Es por ello que os animo a pensar que todos tenemos que luchar. No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Y acordaros, muchos talentos no dan necesariamente la felicidad.

Y Recordad a los que no los tienen. No buscan caridad. Solo una oportunidad y algo de cariño.

El Instigador

sábado, 28 de abril de 2007

Los Gafes

Todos sabemos que los gafes no existen, pero haberlos, haylos.

Hace más de un año que me pasan cosas inexplicables, de pura mala suerte. Pequeños inconvenientes como la caída que sufrí saliendo de un sex shop y por la que se rompieron 2 botellas de vino reserva compradas para la cena de esa noche.Teníamos amigos a cenar. Era ya tarde para encontrar una vinoteca abierta por lo que tuve que recurrir a un restaurante donde pagué un precio 4 veces superior al que me había costado en la tienda. Vaya faena, me dije, y ni siquiera son del mismo año.

También he sufrido varios tropezones con resultado de esguinces y la pérdida de un tacón completo del zapato. He comprado el ABC en dos ocasiones y ambos carecían de grapa. En una comida de negocios se me cayó una funda dental en una copa de anís con hielo. A ver como encuentras una pieza de porcelana blanca en una copa de contenido también blanco sin meter los dedazos y sin que el cliente, remiso a aceptar tu oferta te mire ojiplático del cambio de estilo de tu comedor bucal y se descojone de ti.

Pero donde más se ceba mi gafe es con las gafas. Debe ser por el parecido del nombre. En este período de tiempo he perdido tres de sol y unas graduadas que llevaba puestas. Si señores, graduadas y las llevaba puestas.

Hacía una mañana deliciosa. Di un largo paseo hasta el Parque del Oeste. Me senté a leer el periódico entre sol y sombra. Me quité las gafas y las dejé a mi lado bien plegadas, juntitas las patillas. Las deposité en la hierba muy cerca de mi. Estaba absorto. No oi nada pero entreví un cambio de luz. Seguí a lo mio. Leía la noticia de un sobregargo de Iberia que había logrado la hazaña de introducirse por el ano 4 litros de enema Casen y aguantarlos veinte minutos. Me pareció una prueba más dura que subir todos los ochomiles el mismo día. Volví a la realidad cuando oí un ruido tremendo que provenía de mi estómago. Me alerté y pensé: O es hambre que no creo, o estoy metido de lleno en una tormenta ventral. La imagen del sobrecargo descargando tal volumen habría podido activar en mi un reflejo condicionado similar al que produce el cigarrillo después de tomar café. Me dice mi amigo Pantuflo: Yo es que me tomo un cafelito y me fumo un pitillo y voy al baño de inmediato. Pues, bien lo anterior, o los 7 churros y 3 porras que había desayunado hacían que el pausado movimiento perístáltico de mis intestinos se convirtiera en un Dragon Khan desvocado.

Decidí volver a la civilización. Palpé buscando mis gafas y no las hallé. Empece cerca de mi cuerpo, despacito, tocando cada palmo de hierba. Nada. Alargué los brazos yendo a terrenos más alejados. Tampoco. Ya extrañado alargué los brazós hasta donde podía llegar. Empezaba a notar un sudor frio y un dolor agudo. Ya palpaba sin miedo por todos los lados, Pa Pa Pa. Recordé aquella sombra que percibí y entonces fui consciente de que podría haber sido robado. BROOOOM, mis tripas. Me dije, macho esto no es hambre. Tenía que volver a la civilización, tan cerca para todos y tan lejos para un miope. Busqué el camino con cierta desesperación. Solo veía imágenes desenfocadas, bultos sospechosos y nada que se pareciera a una salida. Escuché a alguien hablar. Pedí auxilio.

-¿Alguien me puede ayudar?
- ¿Qué es lo que le pasa señor?
- Que no encuentro el camino.
- Pues reza mucho hijo, que Diós te guiará.
Las voces se alejaban.
- Señores, que tengo que salir de aquí, que no veo bien y es muy urgente, grité yo.
- ¿Qué dice ese hombre, Eloy?
- No le escuché bien, me pareción que dijo algo de teniente.
- Tu si que estás teniente. Vamos que no llegamos a Misa.

Y desaparecieron de mis oídos.

Rendido y entregado, encontré alivio en un seto. No entraré en más detalles. Cogí el móvil, pedí ayuda y me recogió mi sobrina Isabel, la única persona de mi entrono que conduce. Me dio las gafas de repuesto y respiré hondo. Miré alrededor buscando el lugar del delito con el fin de camuflarlo. Solo vi a un hombre vestido con un mono de trabajo al lado de un vehículo del Canal De Isabel II. Se estaba mesando los cabellos y gritó: ¿Quién será el Cabrón que me ha cagado la furgoneta?

Al gafe lo tengo acorralado en un radio de 500 metros alrededor de mi casa. Fuera de esa distancia camino tranquilo y sonriente. Al gafe le pillaré pronto y le haré un conjuro que me enseñó Alfonso Ussía para convertirle en contragafe y en vez perjudicar a los demás, que la mala suerte se vuelva contra él.

Porque Los Gafes existen, O no. No lo se

El Instigador

viernes, 27 de abril de 2007

La impotencia

Dice el diccionario de la RAE que impotencia es falta de poder para hacer una cosa. Incapacidad de engendrar y concebir. Imposibilidad en el varón para realizar el acto sexual completo.

Como veréis, conceptos diferentes que no tienen nada en común, o sí. No lo tengo claro.

Tengo varias circunstacias en mi vida con las que me siento impotente. Relato una.

Hace más de un año, puse a la venta un vehículo de mi propiedad que estaba puesto a nombre de mi mujer. Resumo. Yo lo pagué y le puse a nombre de mi mujer para obtener el Certificado de Aparcamiento Regulado. La famosa ORA. Yo ya tenía otro vehículo y no facilitan ese documento a dos coches de la misma persona.

Le comenté a Remigio, dueño de un taller cercano que lo ponía a la venta y al cabo de dos días me llamó y me dijo: Pásate por aquí mañana a las doce que tengo un chaval de toda confianza que lo quiere. Dicho y hecho. Al día siguiente acudí con el contrato de compraventa y todo dispuesto para realizar la transferencia en una gestoría cercana. El chaval llegó tarde, como hora y media. Mientras tanto Remigio, en las ansias de la espera, digo yo que sería por eso, ya que iba a cobrar una comisión, se engatilló 7 botellines de Mahou. ¡Como entra la cerveza con el calor, chico! Con el calor y con el frio, dije yo, que era Febrero cuando nos vimos la última vez y te tomaste 4 en cuarto de hora. El caso es que los bebe más lentamente cuando paga él. Bien pudiera ser que el acto de pagar le oprima el gaznate, o no. No lo sé. Estaba pidiendo el número 8 cuando llegó el comprador. Malas pintas no tenía, ni buenas. Me extrañó que el muchacho de toda confianza era alguien a quién Remigio no conocía ni de vista.

- ¿Quién es Remigio?
- Yo. Tu eres el sobrino de Lorenzo, no coño, de Leandro.
- El mismo. Venga que traigo las pelas que me piro a la playa el fin de semana.
- Espera que hay que firmar el contrato primero y luego pasar por la gestoría a realizar la transferencia, dije yo.
- Espabilando que me piro.

Firmamos el contrato, me dio el dinero en metálico en billetes nuevos de quinientos Euros. Eran tan nuevos y tan desconocidos para mi, que me parecieros falsos. Llegamos a la gestoría y acababan de cerrar.

No te preocupes que el Lunes nos acercamos en un momento y lo hacemos. Protesté y le dije que no se hacían así las cosas, pero me apartó Remigio y me soltó. Te juro por lo más sagrado que es de toda confianza, que Leandro es un tio de ley y a mi no me la juega.

Accedí, le di las llaves, montó en el coche y me dijo: El Lunes sin falta estoy aquí, me voy a la playita pitando.

De esto hace 19 meses. Claro que nunca se hizo la transferencia. Ni el Tio Leandro ni Remigio tenían idea de donde estaba el sobrino playero. Después de mucho indagar sobre su paradero le localizé en un móvil y le amenacé con denunciarle. Me respondió sollozando, el muy cabrón, que lo arreglaría en ese momento.

Ya me ha llegado la cuarta relación de multas. Llegan por correo certificado con una media de quince sanciones cada una e importes que rondan los quinientos euros o más. Y lo peor es que vienen a nombre de mi mujer. Dios mio si se entera.

Solo me queda recurrir, pero para eso hay que pagar primero ya que si no lo haces embargan al propietario, que es mi esposa. San Antonio Bendito, que siga en la ignorancia porque si llega a su conocimiento el hecho, me hace Avecrem, caldo de pardillo.

Y aquí me tienes, impotente frente a la injusticia, todo el día nervioso esperando a recoger el correo antes que ella, con la cartera devaluada y el ánimo descompuesto.

Es posible que si me hicieran un seminograma hubiera perdido al menos la mitad de los espermatozoides debido al stress. Y de la tercera acepción no comento, que como dice en la radio el Ilustre Josemi Rodríguez Sieiro no hablo nunca de temas de cintura para abajo.

El caso está denunciado, querellado y a la espera de noticias. Mientras, me encuentro fané y descangallado y solo me alegro cuando pienso que el infractor tenga que pagar de golpe las más de 60 multas que previamente he abonado yo. Eso si, en billetes de 20 y 50, que los de 500 no los he vuelto a ver.

Y digo yo. Si tengo un contrato de compraventa, no es suficificiente para demostrar que el vehículo ha sido vendido? Insto a la DGT y al Ministerio de Economía y Hacienda que solucione esto de una vez para que vuelva a sonreir como antes, que pueda mirar a mi mujer sin ruborizarme y que mis espermatozoides corran veloces de cojón a cojón a la espera de una salida gloriosa, siempre que el tercer concepto no se cumpla. Amén.

El Instigador

jueves, 26 de abril de 2007

Nada más lejos de mi intención

Si amigos, estoy crispado.

Leo periódicos de Vocento y me crispo. Joder esto no es verdad. Leo lo de Prisa y me crispo. Leo El Mundo y me escalofrío. Vaya, dicen las cosas para que parezcan verdades y lo son a medias. Me pasa igual con la Tele y la Radio. Lo malo es que piensan que el pueblo es tonto y traga con todo. Uf, a lo mejor tienen algo de razón... o quizás no. Ni idea.

Ha llegado un momento en el que sé perfectamente lo que me van a decir. Cuando el Sr. Conthe, antiguo presidente de la CNMV dijo que se largaba, pero lo quería explicar en el Parlamento, yo sabía que los medios afines al PP le harían parabienes, y los del PSOE paramales, como así ha sido. Y así sucesivamente.

Esto antes no era así de descarado. Claro que había periodistas tendenciosos amarrados a las faldas del pagano, pero se notaba que la profesión periodística en general tenía como fin contar las cosas como eran.

Ya no.

Pones CNN+ y te pasmas de los logros del PSOE. Pones INTERECONOMIA y te dicen que el mismo hecho es una verguenza.

Para calmar la crispación decidí leer los periódicos al revés. Me pareción una buena idea ir de lo intrascendente a lo trascendente poco a poco y así cuando llegara el meollo estaría más cansado de leer y solo me fijaría en los titulares, pero nanay de la china.

Dispongo de 2 periódicos del Miércoles 25 de Abril. En la última de EL PAIS leo que se ha encontrado Kriptonita en Serbia. Si, ese mineral que dejaba a Superman más flojo que Sansón cuando le cortaban el pelo. Lo que les faltaba a los Serbios. Lo último en armas secretas. Vaya que si le encuentran apliación bélica y la arman de nuevo. Sin embargo, LA RAZON entrevista a una chica de la Asociación de "Abrazos Gratis". Por lo visto van por la calle abrazando a todo aquel que lo desee. Por supuesto que no hay excepciones de raza, color, religión ni situación social. Da lo mismo que sean indigentes que millonarios, incluido aparece como titular: TAMBIEN ABRAZARIA A UN CRIMINAL. Coño mujer, no seas tan expeditiva que te vas a quedar sin bolso el dia menos pensado. Y digo yo que lo dirá sin saber que es un criminal, porque si alguien se le acerca y le dice, "Abrázame Chata que acabo de acuchillar a mi mujer y me lo merezco", se le quitarán las ganas de abrazarle, o no. Nunca se sabe.

Si sigues y lees la progración de TV te darás cuenta de que muchas veces no coinciden los programas de las diferentes cadenas. ABC programa Pretty Woman y La vanguardia Batman forever. Cuando estás delante de la tele para descubrir cual de los 2 está equivocado, te ponen Los Bingueros. A eso se le llama Atinar, si señores. Y luego entras ya en economía. Astroc baja un 75% y arrastra en su caída a las demás inmobiliarias. Bajan los Bancos influidos por la bajada de las inmobiliarias. Lo expertos lo llaman "Ajustes". Coño un ajuste es un movimiento corto. Lo de Astroc se llama Ostión aquí y en Cincinnati. Si una empresa baja en una semaña el 75% de su valor es porque ha ajustado su precio a la realidad del mercado. Si leche, es que esta empresa valía muy poco y ha vivido un cuento de hadas, respaldado porque entre sus accionistas está Amancio Ortega, el individuo más rico de España y algunas Cajas de Ahorros. Todos tranquilos que despues de la bajada, Amancio Ortega no vende sus acciones. Nos ha jorobado. Eso para él es un chichinabo, pero ya me gustaría que me lo contara uno que invierte los rendimientos de su trabajo. "Me he quedado sin los ahorrillos de toda la vida". Pues te jodes, por meter tu dinero en cosas de listos. Tu como todos, a la cuenta corriente del 0,10% o como mucho al ING. Imbécil, Tontolhaba. Y así en este plan.

Y Así me voy crispando, poco a poco y día a día.

Nada más lejos de mi intención que esto os crispe más de lo que pudiérais estar , pero os propongo algo para aliviar las tensiones.

1.- Leer solo un periódico, ver solo una tele y escuchar solo una cadena de Radio y creer lo que allí se escriba, vea u oiga como Dogma de Fe.

2.- No leer, ver ni escuchar. Ni siquiera Diarios Deportivos, que el futbol está más crispado que la política y la economía. Por supuesto ni catar el Tomate ni las Hormigas o similares. Hablar de muertos que no pueden opinar y de vivos cuya vida solo les interesa a ellos mismos no es bueno para el Espíritu.

3.- Música, aunque sea de Melendi o del Arrebato y literatura, aunque sea de política ficción.

4.- Que me déis ideas de cómo podemos decir a los crispadores que lo dejen, que no nos merecemos esto.

Espero vuestras opiniones.

Un abrazo. (no soy criminal, de momento)

El instigador